Un juez de Curazao puso punto final a los intentos del gobierno de Nicolás Maduro por obtener una indemnización, tras el hundimiento de una patrullera de la Armada en marzo de 2020.
El letrado de la corte conjunta con jurisdicción en Aruba, Curazao, Bonaire, Sint Maarten y Saba, Pieter de Kort, dio luz verde a la subasta del buque Resolute, el crucero que chocó contra la nave militar Naiguatá durante una persecución en aguas venezolanas. Debido a esta colisión, la embarcación militar fue a dar al fondo del mar.
En abril de 2020, el Resolute ancló en un muelle curazoleño. El régimen venezolano inició acciones judiciales con el propósito de embargar y resarcir hasta cierto punto los daños ocasionados a su flota militar.
Pero en el plano judicial también perdieron las batallas. En primer término, la justicia de las Antillas se negó al embargo en los términos exigidos por el gobierno venezolano. Posteriormente, determinó que una empresa registrada en Bahamas, Arctica Adventure & Cruise Shipping Limited, tenía prioridad en sus reclamos sobre la propiedad del buque turístico, de 125 metros de eslora, en virtud de impagos en una hipoteca por 6,88 millones de euros, unos 7,74 millones de dólares al cambio actual.
Venta pública
Faltaba, sin embargo, una decisión que autorizara la venta pública de esta embarcación, y más importante aún, la transferencia del producto de esta transacción a las cuentas de los reclamantes.
En su decisión, el juez de Kort indicó que, basado en el Código Civil holandés, el reclamo de Arctica contra el anterior propietario del buque Bunny’s Adventure & Cruise Shipping Company prevalecía sobre la exigencia efectuada por el gobierno venezolano contra esta compañía.
Al final, Arctica se quedó con la embarcación para compensar su reclamo monetario. Hubo, además, un remanente de 634 mil dólares, que tuvo que ser transferido a las cuentas del tribunal para pagar las costas del proceso.
Aunque la empresa propietaria del Resolute está registrada en Bahamas, la bandera del barco es portuguesa. De allí que las autoridades de ese país europeo llevaran a cabo una investigación sobre la colisión con la lancha de la Armada venezolana y el consecuente hundimiento.
En un informe, divulgado en julio de 2020, la Oficina de Investigación de Accidentes Marítimos de Portugal indicó que este choque fue el resultado de una operación de la Armada, y que no puede calificarse como accidental.
Según el Ministerio de Defensa venezolano, el Resolute iba a ser utilizado en respaldo al desembarco de un grupo de militares, policías y civiles que avanzaban en peñeros desde la Guajira colombiana, en lo que se conoció como la Operación Gedeón.
Actualmente, el Resolute estaría anclado en un puerto griego.