Las aguas turbias del crimen organizado se agitan al otro lado del Atlántico, revelando una telaraña de conexiones que se extiende desde México hasta las costas de Europa del Este. El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), liderado por el escurridizo Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, y el Cártel de Sinaloa, bajo el mando de Ismael “El Mayo” Zambada, han encontrado un nuevo campo de juego para sus operaciones ilícitas.
Las autoridades mexicanas, en un revelador informe de inteligencia, señalan la creciente influencia de estos cárteles en países como Albania, donde han establecido alianzas estratégicas con grupos criminales locales para lavar el dinero proveniente de sus actividades delictivas.
Este nuevo capítulo en la historia del narcotráfico global marca un cambio significativo en el modus operandi de los cárteles mexicanos. Durante años, sus operaciones se limitaban principalmente a América y Asia, estableciendo lazos con grupos guerrilleros como las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para la adquisición de cocaína, o con la mafia italiana Ndrangheta, en el caso del Cártel del Golfo y Los Zetas, según informó la web Reporte.
Sin embargo, la ambición desmedida de poder y riqueza ha llevado a estas organizaciones criminales a buscar nuevos horizontes, extendiendo sus tentáculos hacia territorios vírgenes donde el control y la vigilancia son más laxos.
En este nuevo escenario, Albania se ha convertido en un punto estratégico para el lavado de dinero. Los cárteles mexicanos, aprovechando la falta de regulación en sectores como el turismo y el juego, han canalizado grandes sumas de dinero hacia la nación balcánica a través de empresas fantasma y transferencias bancarias opacas.
Las autoridades mexicanas han identificado a un grupo albanés liderado por los hermanos Luftar, Arben, Fatos y Ramiz Hysa como los principales socios de los cárteles en esta empresa criminal. Estos individuos, con un pie en México y otro en Albania, se han convertido presuntamente en piezas clave para el blanqueo de capitales, utilizando casinos en el norte de México y una creciente red de negocios en el sector turístico albanés para camuflar el origen ilícito de los fondos.
Pero Albania es solo la punta del iceberg. La expansión de los cárteles mexicanos en Europa del Este es un fenómeno en constante evolución, y las autoridades temen que pronto se extiendan a otros países de la región. Países, con sus puertos estratégicamente ubicados, se ha convertido en la puerta de entrada de la cocaína a la Unión Europea, mientras que en países como Gran Bretaña, los cárteles mexicanos han establecido laboratorios clandestinos para la producción de drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina.
El vínculo Albanés: reuniones de alto nivel y el escándalo que salpica al Gobierno
Lo que comenzó como un rumor en los pasillos del poder, se ha convertido en un escándalo de proporciones mayúsculas que amenaza con sacudir los cimientos del gobierno albanés. Las autoridades mexicanas, en su afán por desmantelar las redes de lavado de dinero del Cártel de Sinaloa, han revelado un entramado de conexiones que salpica directamente al primer ministro de Albania, Edi Rama.
En el ojo del huracán se encuentran los hermanos Luftar, Arben, Fatos y Ramiz Hysa, figuras hasta ahora desconocidas para el público albanés, pero que según la inteligencia mexicana, son socios clave de Ismael “El Mayo” Zambada, el máximo líder del Cártel de Sinaloa.
Las pruebas son contundentes. Fotografías tomadas el 2 de octubre de 2020 muestran a Luftar Hysa junto a Besnik Lulaj, un empresario albanés dueño de Marina Bay en la ciudad de Vlora, saliendo de una reunión con el propio primer ministro Rama. En las imágenes también se puede ver a Mark Hauptmann, exdiputado alemán del partido CDU-CSU, quien presuntamente habría servido como enlace entre los Hysa y el gobierno albanés.
Las fotografías, publicadas inicialmente por el portal de investigación Dosja.al, han desatado una ola de indignación en Albania. La sociedad albanesa exige respuestas, cuestionando la naturaleza de la relación entre el gobierno y personas acusadas de lavar dinero para una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo.
El escándalo ha puesto al descubierto la fragilidad del sistema político albanés y su vulnerabilidad ante la infiltración del crimen organizado.
Los tentáculos del Cártel de Sinaloa
El alcance global del Cártel de Sinaloa se extiende más allá de Europa del Este. Este grupo criminal, considerado una “empresa global” por la diversificación de su mercado, ha logrado infiltrarse en América del Norte, Europa, Asia y Australia. Su portafolio criminal incluye la venta de marihuana, cocaína, opiáceos y metanfetaminas, controlando el tráfico de metanfetaminas en el triángulo Asia Pacífico-México-Estados Unidos.
Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos, aunque sin presentar pruebas contundentes, ha señalado la presunta existencia de vínculos entre los cárteles mexicanos y grupos terroristas. Sin embargo, en México se han encontrado indicios de la presencia de individuos vinculados al grupo separatista vasco ETA, aunque no se ha podido comprobar su relación con el narcotráfico. El único antecedente concreto que relaciona a los cárteles con el terrorismo se remonta a 2008, cuando Sergio Jaramillo Caro, entonces viceministro de Defensa de Colombia, denunció la existencia de negociaciones directas entre los cárteles mexicanos y las FARC para la compra de droga, señalando a Oliver Solarte, miembro de las FARC, como el responsable de las negociaciones.
Al parecer, Dorian Ducka, asesor del primer ministro Rama para inversiones extranjeras, también estuvo presente en la polémica reunión del 2 de octubre de 2020 y, según las investigaciones, habría sido el organizador del encuentro. Este dato ha intensificado aún más las sospechas sobre la posible complicidad del gobierno albanés en las actividades de lavado de dinero del Cártel de Sinaloa, generando un clima de desconfianza e incertidumbre en el país.