Leocenis García podría ser un personaje perfecto para representar la picaresca latinoamericana. Se trata de un individuo sin moral, hipócrita y adaptable a cualquier circunstancia. Alguien que sin inmutarse y según le convenga, puede afirmar que “admira a Pinochet” (Augusto, tirano criminal chileno), pero se autodenomina como un “defensor de las libertades democráticas”.
Por culpa de sujetos como García el periodismo venezolano está sumido en una crisis sin precedentes de credibilidad. Él, junto a otros mercenarios de la información, como Patricia Poleo, Carla Angola, Rafael Poleo, Leopoldo Castillo y tantos otros, han convertido la actividad periodística en una fuente de chantaje, según Venezuela News.
En algunos casos para su propio beneficio económico y en otros para venderse como una opción política opositora, como es su caso, pues tiene aspiraciones presidenciales.
Sin embargo, no se puede negar que Leocenis ha sido un tipo astuto para escalar posiciones, aunque sea a base de turbias estrategias. En su pasado reciente hay un verdadero historial de acciones delictivas, donde sobresalen desde ataques violentos, porte de armas, legitimación de capitales, hasta difamación, injuria y prácticas chantajistas.
Este sujeto se hizo conocido ante la opinión pública nacional como un verdadero mercenario de la información, con su semanario impreso Sexto Poder. Allí recurrió a las más repudiables tácticas sensacionalistas y amarillistas para adquirir fama. Entre las atrocidades que cometió en esa infame tribuna, destaca la publicación de una fotografía a gran tamaño y a todo color del excontralor de la República, Clodosbaldo Russian, luego de sufrir un ACV y a pocos días de su muerte.
Un verdadero buitre de la información, sin moral de ninguna clase. Pero fiel a su estilo camaleónico e inconsistente publicaba sin autorización los artículos del destacado periodista Earle Herrera, para tratar de dar una imagen de amplitud y tolerancia. En su momento, el profesor Herrera le reprochó ese actuar.
“Estos señores de Sexto Poder, de esa cosa (…) debe abstenerse a publicar mis artículos, primero porque yo no lo necesito, segundo porque no estoy escribiendo para ustedes, y tercero por respeto a la memoria de mi amigo, Clodosbaldo Russian (…). Yo ese tipo de periodismo no lo hago, no lo comparto, lo he condenado a lo largo de 45 años en mi carrera profesional, en mis 30 años como docente de la Universidad Central de Venezuela en la Escuela de Comunicación Social y en todos los libros que he escrito sobre comunicación y periodismo.
Por lo tanto ustedes no pueden incluir artículos míos en esa cosa que se llama Sexto Poder”, exigía Herrera. El grupo Sexto Poder, una empresa financiada con capitales de muy dudosa procedencia, se dedicó a realizar denuncias sin pruebas. También realizaron otro lamentable fotomontaje, donde mostraban a las damas que en ese momento ocupaban altas posiciones de poder institucional como cabareteras.
Leocenis terminó su desastrosa carrera como editor de Sexto Poder en el año 2013. Luego de la denuncia interpuesta por el diputado Julio García (PSUV), se demostró que había incurrido en el delito de legitimación de capitales, extorsión y evasión fiscal. Lo que explicaba su estilo lujoso de vida y una cuenta en dólares en un banco suizo de hasta US$ 4 millones, que nunca pudo justificar, según denunció en ese momento el periodista José Rafael Ramírez. Por supuesto se declaró como perseguido político del “régimen”, que luchaba por las libertades democráticas.
Seis años antes (2008) había estado en prisión por ocasionar destrozos en la sede de “El Periódico” de Carabobo. En esa oportunidad, como quedó registrado en vídeos, dio rienda suelta a su vena delictiva. Según Ramírez el motivo de la ira de García fue el impago de unas supuestas deudas.
Por ese tiempo estuvo preso en Tocuyito donde se hace muy amigo de un líder negativo del penal. “Sí soy amigo de Wilmer Brizuela, el pran de Bolívar, y cuál es el peo?”, escribiría en su cuenta @LeocenisOficial.
Tras cumplir parte de sus condenas, en 2016 Leocenis García vuelve a la palestra pública, siendo beneficiario de una medida de indulto presidencial. Entonces cambia su imagen y abiertamente empieza a proyectarse como un posible candidato presidencial al frente de un movimiento denominado Prociudadanos. Ahora se presenta como un activista astuto, con un pastiche ideológico que va sin problemas del ultraliberalismo de extrema derecha, al populismo más vulgar y reformista de la social democracia.
Después de cumplir parte de sus penas, Leocenis García reaparece en 2016 como beneficiario de un indulto presidencial. Entonces cambia su imagen y se proyecta abiertamente como un posible aspirante a la presidencia con un movimiento llamado Prociudadanos. Ahora se muestra como un activista astuto, con un pastiche ideológico que oscila sin problemas del ultraliberalismo de extrema derecha, al populismo más simplista y reformista de la social democracia. Este guabinismo irritó al ultraderechista periodista, Jaime Bayly, quien lo entrevistó en su programa mayamero para el año 2020. “Pero me da la impresión de que eres un periodista que ya no eres periodista, por qué le tienes miedo a la verdad. (…) Cuáles son las evidencias que prueban lo que tú estás diciendo (…) Tú has venido aquí a defender a los chavistas. El 30 de abril ganó Maduro (2019). Pero no me vengas aquí guabinoso a eludir mis preguntas, a no responderlas, a defender a los chavistas que según tú demostraron el 30 de abril que querían sacar a Maduro, juega con honestidad intelectual”, le dijo Bayly. El “editor” sólo se limitó a “esquivar” los reclamos del entrevistador peruano con una sonrisita nerviosa.
García quiere ser presidente de la República. Su estrategia consiste en liderar una supuesta transición basada en su supuesta influencia dentro de las fuerzas del chavismo y algunos altos voceros del gobierno. Sin embargo, como en una partida de póker ha quedado como un vulgar «farolero». En su ambición de poder se ha convertido en una especie de doble agente que juega con todos y engaña a todos. Un día conspira contra Leopoldo López y Juan Guaidó y al otro día los odia. Luego admira a Álvaro Uribe y se toma fotos frente a la tumba de Pablo Escobar; y al rato con la cara muy lavada busca acercamiento con la gestión de Gustavo Petro (actual presidente de Colombia).
Con esas trampas llegó hasta la Casa Blanca en 2020. Engañó a todo el mundo diciendo que tenía un mensaje de Diosdado Cabello, lo que era absolutamente falso. Luego dijo que la misiva era de Jorge Rodríguez, otra rotunda mentira. Y luego pretendió involucrar en su trampa al hijo mayor de Diosdado Cabello y al gobernador de Carabobo, Rafael Lacava. Todo completamente producto de su imaginación.
Su estrategia consistía en tratar de convertirse en un intermediario válido para la comunicación entre el gobierno de Maduro, Guaidó y los altos voceros norteamericanos. Pero sus mentiras tuvieron corta duración algo que le reclamaron desde Mauricio Claver-Carone, hasta el propio exinterino, Juan Guaidó. ¿Líder de quién?
Como ha señalado el conductor de Zurda Konducta, Pedro Carvajalino, la tragedia de Leocenis es que sus desmedidas ambiciones de poder, no se compaginan con su marcada ausencia de liderazgo. “Ha pagado lobistas, ha relatado varias historias falsas, incluso creó una organización llamada Leocenis Center y “escribió” un libro sobre Venezuela y Estados Unidos. Pero no mueve masas ni tiene ninguna credibilidad”.
No obstante, hay gente que sigue creyendo en sus embustes. La prueba es que recientemente lanzó al aire el medio Sextovisión. Fiel a la megalomanía de García, esta “plataforma” se proclama líder en información en Venezuela, América y Europa.
Es de suponer que esta nueva tribuna se pretenda usar para promover las aspiraciones presidenciales del «editor». Siniestros amigos Detrás de este nuevo medio todo es oscuridad. Hurgando por entre los albañales, salen a relucir los nombres del prófugo de la justicia Iván Simonovis y el palangrista mayor Alberto Federico Ravell, quien fue jefe del aparato de comunicaciones del “interinato” con un presupuesto de 8 millones de dólares.
La plataforma nace el 12 de abril de este año con la intención de sumarse al ecosistema de cuentas, para perjudicar al gobierno nacional y a los opositores incómodos para las alas más reaccionarias del antichavismo. No obstante, estos señores corren el riesgo de ser estafados por García quien está obsesionado con llegar algún día a Miraflores.
Ahora bien si analizamos por encima la propuesta ideológica de Leocenis García en su partido Prociudadanos, saltan a relucir todavía más las incoherencias de este sicario de la información. Esto declaraba en 2016: “Para nosotros el tema es sencillo. Un Estado que dé seguridad, libre empresa, libre comercio, reducción del intervencionismo de lo público en lo privado, disciplina fiscal en el gasto público y cero retóricas basadas en nacionalismos arcaicos, que ponen las responsabilidades en los ricos y los inmigrantes. (…) En Venezuela llegó el momento del liberalismo, porque las medidas de subsidios, populismo e intervención, no podrán tener cabida en los próximos cincuenta años”.
En 2020 se retrataba en zonas populares regalando cientos de bolsas de comida. ¿Alguien puede dudar que este tipo además de bufón, es todo un sicario de la información con demasiadas ambiciones de poder?

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