La reciente boda del director de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) de Venezuela, Iván Hernández Dala, con Paola Dávila, ha generado amplias reacciones debido al lujoso evento que contrasta con la actual crisis económica que atraviesa ese país caribeño.
La ostentosa ceremonia ha dejado entrever una pista de baile deslumbrante, arreglos florales de ensueño, champaña de alta gama y música en vivo, según imágenes y videos compartidos en las redes sociales. Hernández Dala, quien también es miembro de la Guardia de Honor Presidencial, contrajo matrimonio con Paola Dávila, propietaria de Atenea Swimwear, un negocio en Caracas.
La boda ha suscitado reacciones, entre ellas la del exministro de Comunicación venezolano, Andrés Izarra. El exministro denunció que la nueva esposa de Hernández Dala vive en la casa que fue confiscada por el Dgcim a la hijastra del político opositor Antonio Ledezma, quien es la esposa de Izarra. «Es la boda de los choros», comentó Izarra al observar las imágenes y vídeos del derroche en la celebración.
Esta mujer, la nueva esposa de Hernández Dala, es quien vive en la casa que el DGCIM le robó a la familia de mi esposa.
Es la boda de los choros. https://t.co/FlOLAjORID
— Andrés Izarra (@AgIzarra) July 31, 2023
Cabe recordar que el director de la Dgcim, Hernández Dala, ha enfrentado sanciones internacionales. En 2018, la Unión Europea impuso sanciones, seguidas por Estados Unidos en 2019. Estas medidas incluyeron la prohibición de acceso aéreo y marítimo, así como la congelación de activos y cuentas en ambos territorio.
A pesar de las sanciones y la controversia, la ostentosa boda de Hernández Dala ha abierto preguntas sobre cómo pudo justificar el derroche en medio de la crisis económica venezolana. Las reacciones mixtas de la sociedad reflejan las tensiones entre la vida de lujo de algunos líderes en contraste con las dificultades que enfrenta la población.