La petrolera estatal venezolana Pdvsa ha sido el escenario de una de las mayores tramas de corrupción del mundo, que involucra a decenas de empresas, funcionarios, empresarios y operadores internacionales. Entre estos últimos se encuentran el italiano Alessandro Bazzoni y el mexicano Joaquín Leal Jiménez, quienes han sido sancionados por Estados Unidos y tienen orden de captura por la Fiscalía de Venezuela.
Los negocios ilícitos
Alessandro Bazzoni es un empresario que se presenta como un experto en mercados emergentes en Latinoamérica y África, especialmente en el sector energético. También es un aficionado al polo, deporte que practica con su esposa, la noruega Siri Evjemo-Nysveen, quien también es socia de Bazzoni en varias de sus operaciones cuestionadas.
Bazzoni llegó a Venezuela a mediados de la década de 2010, haciéndose pasar por «ahijado» del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi. Sin embargo, esta afirmación resultó ser falsa, pero para entonces ya había engañado a varios empresarios locales.
En 2015, intentó comprar a Harvest Natural Resources la empresa mixta Petrodelta, controlada por los empresarios Cisneros-D’Agostino, pero el negocio fracasó. Fue entonces cuando conoció al mexicano Joaquín Leal Jiménez, socio del colombiano Álex Saab.
Leal Jiménez también usó una identidad falsa para hacer negocios en Venezuela: se hizo pasar por familiar del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Leal Jiménez participó en el fraudulento negocio de las cajas Clap, un programa de alimentos subsidiados por el régimen de Venezuela.
Bazzoni y Leal Jiménez se convirtieron en socios cercanos y amigos. Durante la pandemia de Covid, Bazzoni y su esposa vivieron en México, donde estrecharon sus lazos con Leal Jiménez. Fue en ese momento cuando decidieron formalizar un esquema fraudulento con Pdvsa entre 2021 y 2022.
Las sanciones y la orden de captura
En enero de 2021, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a Bazzoni por ayudar a Pdvsa a burlar las sanciones impuestas al régimen de Maduro para vender el crudo venezolano. Además, lo acusó de asumir el rol de Álex Saab para coordinar la venta de crudo venezolano, después de que el empresario colombiano fuera detenido en Cabo Verde en junio de 2020.
La Fiscalía de Venezuela también abrió una investigación contra Bazzoni por su participación en operaciones de «tráfico» y «comercio ilícito» de materiales estratégicos, y por «legitimación de capitales». La Fiscalía designó un fiscal especial para el caso Bazzoni (el Fiscal Nacional 73 de Legitimación de Capitales y Delitos Financieros), que está recabando información sobre las redes controladas por el empresario italiano en tres continentes.
No se ha confirmado si la Fiscalía ha oficiado una petición de extradición contra Bazzoni a los gobiernos de países donde podría estar residiendo.
Bazzoni no es el único sancionado y buscado por la justicia venezolana. La Fiscalía también emitió una orden de captura contra Leal Jiménez por legitimación de capitales. Ambos operadores internacionales están vinculados con la trama de corrupción de Pdvsa, que fuese dirigida por el exministro de Petróleo Tareck El Aissami y sus adláteres.
El saqueo a Pdvsa
Los casos de corrupción en Pdvsa destaparon en el año 2023 una extensa red criminal que incluyó más de 50 empresas dentro y fuera de Venezuela. Hasta ahora, la fiscalía venezolana ha ordenado la captura de al menos 67 operadores -entre diputados, empresarios, militares, funcionarios públicos y hasta hackers y damas de compañía- por su participación en un esquema fraudulento que esquilmó una cifra estimada en unos $29,000 millones, una cifra sin precedentes y casi tres veces el presupuesto anual de Venezuela.
Pero estas revelaciones de la investigación oficial podrían ser apenas la punta del iceberg, con otras redes en todo el mundo que usufructuaron de los negocios ilícitos con la petrolera estatal venezolana. Entre ellas, la red de Bazzoni y Leal Jiménez, que se aprovecharon de la complicidad y la impunidad del régimen de Maduro para saquear los recursos venezolanos.
La pareja de empresarios, formada por el italiano Alessandro Bazzoni y la noruega Siri Evjemo Nysveen, está siendo investigada por las autoridades de Estados Unidos y Venezuela por su presunta participación en el multimillonario desfalco a la estatal petrolera Pdvsa. Los Bazzoni-Evjemo Nysveen habrían obtenido más de $800 millones de dólares mediante la venta ilícita de crudo venezolano, en complicidad con operadores sancionados por Washington, como Tarek El Aissami, Álex Saab y Alvaro Pulido. Además, se sospecha que podrían estar involucrados en una operación de lavado de dinero a través de la adquisición de un club de fútbol de segunda división en Italia.
Los negocios en Venezuela
Según las indagaciones, los Bazzoni-Evjemo Nysveen ampliaron su círculo de negocios en Venezuela, estrechando relaciones particularmente con operadores como Alvaro Pulido, socio principal de Álex Saab, y Wilmar Castro Soteldo, actual ministro de Producción Agrícola y Tierras.
Castro Soteldo era el responsable de captar empresarios del área agrícola y de producción industrial de alimentos, a quienes exigía la entrega de cuotas de productos como arroz, pollo y embutidos, bajo la excusa de que iban a ser enviados a Cuba e Irán. Castro Soteldo prometía a los empresarios de alimentos pagarles con los recursos que resultaran de la venta de crudo a través de una supuesta alianza con el vicepresidente de Comercio y Suministros, coronel José Antonio Pérez Suárez, actualmente detenido.
En realidad, los empresarios de alimentos, sin experiencia en el área de energía y petróleo, terminarían actuando como intermediarios de pagos de crudo que nunca recibieron, y que fue la base del multimillonario desfalco a Pdvsa que adicionalmente también provocó una crisis en el área de alimentos provocando el quiebre de numerosas empresas del sector, y amplificando la escasez de alimentos que ya afectaba gravemente a los venezolanos.
Los movimientos financieros
Los Bazzoni-Evjemo Nysveem utilizaron la infraestructura del banco MBaer Merchant Bank, con sede en Zurich, controlado por el banquero suizo Michael Baer, bisnieto de Julius Baer, fundador del banco del mismo nombre que tuvo una activa participación en diversos escándalos en Venezuela.
Según fuentes, Bazzoni usó la firma Baer Capital Partners, subsidiaria del MBaer Merchant Bank en Dubai, para movilizar capitales desde Asia a Suiza, producto de la venta ilícita de crudo venezolano. Según este reporte, Bazzoni y su esposa Siri emplearon la firma Norge Oil Limited, establecida en el paraíso fiscal británico de Isle of Man para dirigir sus inversiones, incluyendo aquellas realizadas en el banco suizo.
En 2020, Evjemo Nysveem fue designada miembro de la junta directiva de MBaer Merchant Bank, justo después de que el banco formalizara un incremento de capital de 6.83 millones de francos suizos (unos $7.6 millones).
Curiosamente, Evjemo Nysveem fue eliminada de la directiva del banco en marzo de 2023, justo semanas después de haber estallado el escándalo de la corrupción en Pdvsa vinculado a Tarek El Aissami, y comenzó a circular evidencia de la participación de Bazzoni en el esquema fraudulento contra la estatal venezolana.
El estilo de vida ostentoso
La pareja italiana-noruega mantiene un estilo de vida de alto perfil. Según un testigo que compartió información con la fiscalía en Venezuela, los Bazzoni-Evjemo Nysveem tienen bajo su control propiedades en Londres y en la costa italiana en el Mediterráneo, fincas ecuestres y un jet privado y un helicóptero que usan para trasladarse de una propiedad a otra.
La conexión con el fútbol
El hermano de Bazzoni, Lorenzo, aparece como directivo del club de fútbol de segunda división Spal, fundado hace más de un siglo en la localidad italiana de Ferrara por los padres Salesianos.
Según Wikipedia, el club Spal fue comprado en 2021 por un grupo de inversionistas representado por el estadounidense Joe Tacopina, abogado personal del expresidente Donald Trump en los dos casos por abuso sexual en su contra: el de la ex actriz pornográfica Stormy Daniels y el de la ex periodista E. Jean Carroll, por cuya denuncia Trump fue sentenciado a pagar $5 millones en compensación.
En la negociación para adquirir el club Spal, Tacopina controlaba el 49% de las acciones a través del Tacopina Italian Football Investment SRL. Poco tiempo después de la adquisición de Spal, Tacopina dijo a Forbesque planeaba inyectarle al club una cifra entre $13 y $14 millones. En otro artículo publicado en el portal de Spal Club, dijo que ya ha invertido un total de 25 millones de euros.
Aunque Tacopina no anunció públicamente la participación accionaria de Alessandro Bazzoni, en una entrevista con el portal italiano estense.com, el propio Tacopina admitió que una familia italiana “top secret” había participado en la operación de compra del club Spal. La misteriosa familia era representada por Lorenzo Bazzoni, descrito como un “contador basado en Milán”.
La adquisición de equipos de fútbol ha sido históricamente un mecanismo usual para operaciones de lavado de dinero, a través de la administración, compra de jugadores y manejo de efectivo en taquillas y tiendas durante los partidos. Tal fue el caso emblemático del club Chelsea, adquirido por el oligarca ruso Roman Abramovich, sancionado el año pasado por el Reino Unido por su relación con Vladimir Putin.
Las autoridades tratan de establecer si los Bazzoni-Evjemo Nysveem están implicados, en pequeña escala, en una operación de lavado de dinero con el equipo de fútbol Spal.
Las investigaciones en curso
Al menos tres agencias federales de Estados Unidos están monitoreando de cerca el escándalo de corrupción vinculado a Tarek El Aissami y sus operadores en Pdvsa.
Las investigaciones están centradas en personajes que ya están bajo investigación o han sido sancionados por el Departamento del Tesoro. Al menos dos fiscalías, la del Distrito Sur de la Florida con sede en Miami, y la del Distrito Sur de Texas, con sede en Houston, están ampliando las indagaciones.
Los federales están particularmente interesados en el papel de los operadores Alessandro Bazzoni, de nacionalidad italiana, y Joaquín Leal Jiménez, ciudadano mexicano, a quienes el Departamento del Tesoro considera como los “herederos” del operador colombiano Álex Saab, actualmente preso en Estados Unidos.