En una operación conjunta de funcionarios policiales y militares, se llevó a cabo una requisa de carácter extraordinario en el Centro de Formación Hombre Nuevo Simón Bolívar, ubicado en El Paraíso, antiguo retén de La Planta en Caracas. Durante la requisa, se procedió a la detención del director del centro penitenciario, Argenis José Guerra Barreto, así como del jefe del Régimen Penitenciario y dos custodios internos.
Los detenidos se enfrentan a acusaciones de permitir el ingreso de objetos prohibidos al centro, así como la facilitación de actividades no permitidas. Entre estas actividades se destaca el establecimiento de una oficina desde donde Juan Carlos Araujo Durán, presidente de Producciones Solid Show, organizaba espectáculos musicales. Eso aunque Araujo Durán está cumpliendo una condena de 30 años de prisión por tráfico de drogas.
Además de las acusaciones anteriores, el director detenido también es señalado de cobrar a los reclusos por las visitas de sus familiares, a pesar de que estas visitas están autorizadas por el Ministerio para el Servicio Penitenciario.
La requisa general se llevó a cabo desde el martes 28 de noviembre hasta la madrugada del jueves 30 de noviembre, durante la cual se realizaron exhaustivas revisiones en búsqueda de objetos prohibidos y evidencias de actividades ilícitas. Según fuentes del sistema judicial venezolano, el director actual fue subdirector en la antigua directiva, implicada en prácticas corruptas y cobros indebidos a los reclusos.
Nuevas acusaciones y amenazas a los presos políticos
La situación se agrava con las nuevas acusaciones y amenazas hacia los presos políticos recluidos en el Centro de Formación Hombre Nuevo Simón Bolívar. Según fuentes del sistema judicial venezolano, el nuevo director, en colaboración con el recién designado jefe de Régimen y Custodia, estaría extorsionando a los reclusos políticos exigiendo pagos adicionales. Además, se ha suspendido la entrada de comida por parte de los familiares de los detenidos, y se pretende centralizar su adquisición a través de un cafetín y una panadería controlados por ambos.
El nuevo director está trabajando en combinación con el nuevo jefe de Régimen y Custodia, un mayor de la Guardia Nacional Bolivariana, de apellido Toro. Ambos han empezado a extorsionar a los presos políticos, a quienes les han quitado todos sus objetos personales, les han suspendido la entrada de comida y les han amenazado con trasladarlos a cárceles más peligrosas como El Dorado, Lara o Táchira, si no pagan lo que les están cobrando.
Según una fuente del sistema judicial venezolano, el director que quedó a cargo del centro era el subdirector anterior, Ronald Penso, quien fue el que delató a los anteriores directivos para que fuesen privados de libertad, aunque él también participaba en la corrupción y le cobraba a los presos.
El mayor Toro les informó a los reclusos que los presos políticos son peor que los violadores y que los van a tener peor que los asesinos, si no acatan las normas nuevas que están instaurando.
La falta de transparencia y las prácticas abusivas por parte de las autoridades penitenciarias en Venezuela siguen generando preocupación por la integridad y los derechos humanos de los internos.