Durante la audiencia final de su sexto juicio penal, Jean Antiba Abdel, conocido por sus agresiones en contra de ciudadanas en Aragua, sorprendió al tribunal al declararse como agente diplomático de la ONU, exigiendo el cierre del caso que lo vincula con actos de violencia contra una periodista. Abdel, que enfrentaba la posibilidad de una nueva condena, interrumpió el proceso judicial presentando un carnet de la “Human Rights Comission” (IHRC), una entidad sin certificación oficial. El Juez José Alexander Infante Bolívar, presidiendo el Tribunal Primero de Primera Instancia en Funciones de Juicio con competencia en materia de delitos de violencia contra la mujer, se vio obligado a posponer la audiencia ante la sorprendente alegación de inmunidad diplomática.
Jean Antiba Abdel, a quien se le atribuye el apodo de “el Bin Laden de Aragua” por el miedo que infunden sus acciones, ha acumulado una serie de procesos judiciales, mayormente por delitos de violencia de género. Su modus operandi se ha caracterizado por una presunta impunidad sustentada en poder económico y conexiones políticas y judiciales de alto nivel. En este último juicio, Abdel se autoproclamó “representante diplomático” y alegó estar protegido por la inmunidad que confiere dicho estatus.
Un carnet sin valor legal
El carnet que Abdel presentó como prueba de su supuesta inmunidad diplomática carecía de autenticidad legal, siendo simplemente un documento plastificado emitido por una organización privada no reconocida oficialmente. Este acto ha sido interpretado como una falta de respeto y un intento descarado de evadir la justicia. La víctima del caso, una periodista que valientemente denunció sus agresiones, y la sociedad en general, esperan que esta maniobra no resulte en un retraso adicional del proceso legal.
El tribunal quedó en shock ante el descaro de Antiba, que intentaba engañar al juez con un documento falso y sin fundamento. El juez no tuvo más remedio que aplazar la audiencia mientras analizaba el planteamiento, lo que supuso un nuevo retraso en el proceso y una nueva frustración para la víctima, que esperaba una sentencia condenatoria. Ese acto de Antiba ha sido considerado una falta de respeto al tribunal, a la justicia y a las mujeres que ha maltratado.
La afirmación de Abdel sobre su papel como “Agente Diplomático de la Comisión Internacional de Derechos Humanos de la ONU” ha levantado dudas, especialmente considerando las medidas judiciales previas en su contra, como la prohibición de salida del país y órdenes de captura. La posibilidad de que realice funciones diplomáticas internacionales parece improbable ante tales restricciones, lo que añade escepticismo a su ya cuestionable reclamo.
La organización que expidió el cuestionado carnet de Abdel, de haber investigado mínimamente su nombre en Internet, hubiera descubierto su extenso prontuario delictivo y su implicación en graves violaciones a los derechos humanos, lo que pone en duda la legitimidad de dicha entidad. La comunidad espera que la justicia actúe con diligencia y no permita que este intento de engaño interrumpa el curso de la ley.
Múltiples delitos
Jean Antiba Abdel ha sido denunciado por múltiples delitos de violencia psicológica, amenazas, acoso y hostigamiento contra varias víctimas, entre ellas una periodista, una abogada y un abogado. Además, tiene una orden de captura por homicidio frustrado y está siendo investigado por tráfico de influencias.
Ante la acción de la justicia, este sujeto ha intentado evadir su responsabilidad alegando tener inmunidad diplomática. Sin embargo, esta condición no le corresponde, ya que no es un funcionario de Estado ni de una organización internacional reconocida. Por el contrario, se trata de un simple afiliado a una entidad privada que se autodenomina defensora de los derechos humanos.
Una larga lista de procesos penales
Según los expedientes judiciales, Jean Antiba Abdel tiene al menos seis procesos penales en curso, que involucran a diferentes víctimas y delitos. Estos son, según el abogado venezolano Carlos Ramírez López:
- Tribunal único de Ejecución del Circuito de Violencia Contra la Mujer de Aragua. Expediente DP01-S-000158. Víctima: Manyore Elizabeth Lugo. Delitos: Violencia psicológica, acoso y hostigamiento. Estado del juicio: Sentenciado y cumpliendo condena con presentaciones periódicas en el tribunal, trabajo comunitario y prohibición de salida del país.
- Tribunal 6 de Control del Área Metropolitana de Caracas. Expediente AP01-M-2020–001643. Víctima: Manyore Gonzalez. Delitos: Violencia psicológica, amenazas, acoso y hostigamiento.
- Fiscalía 22 de Aragua y fiscalía nacional 61 en Caracas. Expediente MP-251247–2016. Víctima: Abogado Julio Cesar Pérez. Delitos: Homicidio en grado de frustración.
- Tribunal Primero en Función de Juicio de la Circunscripción Judicial de Violencia Contra la Mujer de Aragua. Víctima: Periodista Dorelys Ramírez Paiva. Expediente DP01-S-2022–002968. Delitos: Violencia psicológica, amenazas, acoso y hostigamiento.
- Fiscalía 21 Contra la Corrupción del Área Metropolitana de Caracas. Expediente MP-247601–2020. Delitos: Tráfico de influencias y otros delitos contra la administración de justicia.
- Orden de ubicación y captura 002–2023 con oficio a la División de Capturas del CICPC delegación Maracay. Aragua, signada JI-0913–2023, emitida por el juzgado itinerante de Juicio del Circuito de Delitos de Violencia contra la Mujer del Estado Aragua dirigido al CICPC.
Estos procesos evidencian que Jean Antiba Abdel es un peligro para la sociedad aragüeña, especialmente para las mujeres, a las que ha sometido a diversas formas de violencia. Sin embargo, este sujeto sigue en libertad, lo que genera interrogantes sobre su situación legal y su supuesta acreditación diplomática.
Un engaño descarado
Para tratar de eludir la justicia, Jean Antiba Abdel ha presentado un carnet que supuestamente lo acredita como diplomático de una organización llamada International Human Rights Commission (IHRC). Sin embargo, este documento no tiene ninguna validez ni respaldo de ninguna autoridad competente. Se trata de un simple papel que se obtiene pagando 100 euros a una entidad privada que se dedica a vender carnets a cualquiera que quiera inscribirse en su sitio web.
Esta organización no tiene nada que ver con la defensa de los derechos humanos, sino que es una fachada para encubrir actividades ilícitas. De hecho, en su página web se puede ver que el registro en línea es gratuito, pero que para recibir el carnet de plástico hay que pagar 100 euros más el envío por mensajería. Además, se advierte que si se comete algún error al llenar la solicitud, hay que pagar 10 euros más para corregirlo.
Asimismo, esta organización no cumple con los requisitos para otorgar inmunidad diplomática a sus afiliados, según lo establece la Convención de Viena de 1963. Esta norma internacional solo reconoce el privilegio de inmunidad a los funcionarios de Estado, como los embajadores o los cónsules, o a los miembros de organizaciones internacionales que estén cumpliendo una misión específica en un tiempo y lugar determinados. Nada de eso aplica al caso de Jean Antiba Abdel, que no es un funcionario de Estado ni de una organización internacional, sino un ciudadano venezolano que ha cometido delitos en el territorio de Venezuela.
Además, la Ley de Inmunidades y prerrogativas de los funcionarios diplomáticos extranjeros de Venezuela establece en su artículo 10 que los venezolanos que sean funcionarios diplomáticos, delegados o representantes a conferencias internacionales o miembros de organismos o servicios oficiales internacionales no podrán gozar de las inmunidades que se refiere la ley. Por lo tanto, el alegato de inmunidad de Jean Antiba Abdel es improcedente y fraudulento.
Un llamado a la justicia
Ante esta situación, es necesario que las autoridades competentes actúen con celeridad y eficacia para poner fin a la impunidad de Jean Antiba Abdel. Este sujeto no puede seguir burlándose de la justicia y de las víctimas, usando un carnet falso que no le confiere ningún derecho ni protección. Por el contrario, debe ser detenido y procesado por todos los delitos que ha cometido, y se le deben revocar las medidas de gracia que se le han otorgado, pues solo han servido para estimular su conducta criminal.
Este es el colmo de la burla y el cinismo. No se puede permitir que un individuo con tantos antecedentes, con tanta violencia contra las mujeres, con tanta corrupción, se presente como un diplomático defensor de los derechos humanos. Eso es una ofensa a la dignidad de las personas y a la soberanía del país. Es hora de que se haga justicia y se le ponga un freno a este falso diplomático que viola los derechos humanos de las mujeres en Aragua.