En los pasillos de la Universidad de Los Andes (ULA) en Mérida, Venezuela, germinaron las semillas de lo que hoy se ha convertido en un intrincado entramado de relaciones y conexiones entre personalidades polémicas del ámbito político y estudiantil venezolano. Villca Fernández, otrora preso político y activista opositor, dejó su huella como secretario general de la Federación de Centros Universitarios (FCU) mientras cursaba Ciencias Políticas en la ULA.
Su contemporáneo, Jehyson José Guzmán Araque, el actual gobernador chavista de Mérida, también forjó su trayectoria dentro de los muros de la ULA. Nacido en 1980, un año después que Fernández, Guzmán asumió la presidencia de la FCU entre 2005 y 2006, respaldado por el Movimiento Utopía 78, cuyas raíces se remontan a los fundadores Tareck El Aissami y Hugo Cabezas Bracamonte, entre otros.
Fernández, por su parte, militó en las filas del Movimiento Social Universitario 13 de marzo (M-13), un grupo de centroizquierda fundado en 1987, mucho antes de su ingreso a la ULA. Tras ser expulsado del M-13, Fernández fundó el movimiento estudiantil Liberación 23, dejando su sello en la agitada vida política universitaria.
Las conexiones se entrelazan aún más cuando se examina la trayectoria de Tareck El Aissami, exministro de petróleo recientemente detenido por su implicación en la trama de corrupción Pdvsa-Cripto. Como fundador, El Aissami emergió también de las filas del M-13, antes de fundar el Movimiento Utopía 78, en el año 1992. Utopía 78 se trata de uno de varios grupos surgidos del M-13, y (Utopía 78) es el mismo que respaldó a Guzmán en su ascenso a la presidencia de la FCU. Mientras El Aissami egresaba de la ULA en el año 2005, Guzmán se convertía en presidente de la FCU.
Aunque Villca Fernández ha mantenido públicamente una actitud crítica hacia Guzmán, los rumores apuntan a intentos desesperados por parte de Fernández para «lavarle la cara» al gobernador, algo que ha generado interrogantes sobre la autenticidad de su oposición y las posibles motivaciones ocultas detrás de las acciones de Fernández.
En esta intrincada red de conexiones estudiantiles y políticas, las preguntas se multiplican: ¿Qué papel han desempeñado estas relaciones forjadas en la ULA en los acontecimientos recientes y actuales? ¿Existen vínculos aún más profundos que unen a la terna Fernández, Guzmán y El Aissami?
El arresto, exilio y privilegios de Villca Fernández mientras estuvo detenido
En el torbellino de la vida política venezolana, Villca Fernández, activista y supuestamente férreo opositor, se ha convertido en una figura que despierta interrogantes. El 27 de enero de 2016, dirigentes chavistas lo señalaron como parte de una presunta conspiración para desestabilizar la seguridad nacional. Cuatro días después, el 31 de enero, Fernández respondió a las acusaciones a través de un mensaje en Twitter, pero horas más tarde, oficiales del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) lo detuvieron en plena vía pública y lo trasladaron a Caracas.
Esta detención marcó el inicio de un complejo periplo para Fernández, quien posteriormente denunció haber sido víctima de actos de tortura durante su reclusión. Según sus declaraciones, estuvo «esposado de un brazo a lo alto de una reja por varios días» y sufrió «electricidad en los testículos», revelaciones que generaron indignación y cuestionamientos sobre los métodos empleados en Venezuela por el régimen contra los presos políticos.
Sin embargo, en medio de las adversidades, Fernández parecía gozar de ciertos privilegios poco comunes para un recluso. Un video del mes de marzo de 2018 lo muestra celebrando su cumpleaños con otros privados de libertad en el área de reclusión del SEBIN en El Helicoide, Caracas. La celebración, amenizada con la guitarra de uno de los presentes, contó con una piñata, bebida y un grupo de amigos de Fernández que lo ayudaron a romper la piñata. Este trato preferencial ha despertado sospechas sobre posibles conexiones influyentes que pudieron haberle otorgado tales privilegios.
Tras su liberación en 2018, Fernández partió al exilio en Perú, dejando atrás un rastro de interrogantes sobre las circunstancias que rodearon su detención y los aparentes tratos preferenciales que recibió. Algunos se preguntan si tales privilegios se debieron a algún tipo de relación entre Fernández y Tareck El Aissami, quien en ese momento ocupaba el cargo de vicepresidente de Venezuela. Después de todo, ambos habían sido dirigentes de centroizquierda en la Universidad de Los Andes (ULA) en épocas anteriores.
Las piezas de este intrincado rompecabezas siguen siendo objeto de especulación y debate. ¿Fue Fernández realmente un preso político o existían motivaciones ocultas detrás de su detención? ¿Cómo logró acceder a tales privilegios durante su reclusión?
Los videos que denuncian corrupción en la gestión del gobernador Jehyson Guzmán y el arresto de quienes los compartieron
El estado Mérida, cuna de la Universidad de Los Andes, se ha convertido en el epicentro de una tormenta que ha sacudido los cimientos del poder regional. En las redes sociales, una serie de videos han sido difundidos, cuestionando presuntos actos de corrupción que empañarían la gestión de Jehyson Guzmán, el actual gobernador chavista de la entidad.
Estas grabaciones, que han circulado de forma viral, han puesto en tela de juicio la integridad del mandatario estadal, desatando una ola de indignación y acciones judiciales sin precedentes. Las autoridades de Mérida han emprendido una cruzada contra quienes han compartido los polémicos videos, arrestando a varios ciudadanos por el simple hecho de compartir la información, a pesar de no haberse demostrado de que los detenidos hayan sido los autores de los videos.
Entre los detenidos se encuentran Liliana Cruz Clemente, Adriana Rodríguez, Armando Colina y Fanny Cruz, cuyo único «delito» ha sido ejercer su derecho a la libre expresión al compartir los videos que exponen presuntas irregularidades en el gobierno de Guzmán. A Cruz Clemente y Rodríguez se les ha impuesto una medida cautelar de presentación periódica, mientras que a Fanny Cruz se le ha decretado arresto domiciliario y a Armando Colina también se le ha obligado a presentarse regularmente ante las autoridades.
Cabe destacar que Armando Colina y Fanny Cruz son abogados y miembros activos de la ONG Fundación Loto Azul, dedicada a la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la corrupción en Mérida. Esta situación ha generado un profundo malestar en el gremio de abogados, que se ha pronunciado en rechazo a la detención de sus colegas por el simple acto de compartir información.
En medio de esta vorágine, surge una figura controvertida: Villca Fernández, el activista opositor que supuestamente ha intentado frenar desesperadamente la campaña en las redes sociales que exige la libertad sin restricciones para los detenidos. Fernández supuestamente ha asegurado que el caso obedece a un presunto conflicto familiar por una herencia, desviando la atención del verdadero motivo: la difusión de los videos que cuestionan la gestión de Guzmán.
La narrativa del exdirigente estudiantil ha generado suspicacias y dudas sobre las verdaderas motivaciones de Fernández. ¿A quién intenta proteger realmente? ¿Acaso su oposición al gobernador Guzmán es genuina o simplemente una cortina de humo?
Las interrogantes sobre las verdaderas motivaciones e intenciones de Villca Fernández al aparentemente intentar minimizar el caso de los videos contra el gobernador Guzmán
Villca Fernández, ha adoptado, tal parece, una postura que genera desconcierto en torno al caso de los videos que denuncian actos de corrupción en la gestión de Jehyson Guzmán.
¿Por qué Fernández, un férreo crítico del chavismo, intentaría restar importancia a unos videos que podrían perjudicar a un gobernante oficialista? ¿Acaso su oposición a Guzmán es genuina o simplemente una fachada que oculta otras motivaciones?
Además, surge la inquietante pregunta de si Fernández podría haber sido un infiltrado de El Aissami en las filas opositoras, actuando desde su posición como líder estudiantil. ¿Podrían sus acciones actuales estar motivadas por la necesidad de proteger a Guzmán, quien presuntamente habría ascendido políticamente gracias al apoyo de El Aissami?
En esta madeja de sospechas y conjeturas, es imperativo que la verdad salga a la luz. ¿Cuáles son las verdaderas intenciones de Villca Fernández? ¿Existe una agenda oculta detrás de sus acciones? ¿Tiene algo que ver Fernández con los videos difundidos? ¿Fue Guzmán una ficha estratégica de El Aissami durante su camino hacia la gobernación merideña?
Las raíces políticas comunes de Villca Fernández y Jehyson Guzmán plantean muchas preguntas sobre si tales conexiones del pasado podrían haber influido en las presuntas acciones de Fernández para aparentemente "lavarle la cara" al gobernador Guzmán en medio de las acusaciones de corrupción.