Roberto Eugenio Marrero Borjas, oriundo de Tucacas, estado Falcón, era conocido en su comunidad como el dueño de una modesta posada turística familiar llamada Posada Náutica. Sin embargo, su incursión en la política le permitió escalar posiciones, llegando a ser secretario de la Asamblea Nacional de Venezuela desde el 5 de enero de 2016 hasta el 5 de enero de 2017, bajo la presidencia de Henry Ramos Allup. Este cargo, lejos de ser un servicio público, parece haber sido otra plataforma para sus cuestionables manejos y ambiciones personales.
En enero de 2019, cuando Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela, Marrero se desempeñó como jefe de despacho, un puesto estratégico para sus intereses. Además, Marrero había acompañado a Leopoldo López, militando en Voluntad Popular, el partido fundado por López, desde antes de que este fuera encarcelado en 2014 por su rol en las violentas manifestaciones conocidas como “La Salida”. Así, Marrero se convirtió en el encargado de los asuntos legales de López tras su ingreso a prisión.
El 21 de marzo de 2019, en una redada al amanecer en su apartamento, Marrero fue arrestado por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y encarcelado en El Helicoide, sede de ese organismo. Se le imputaron cargos de terrorismo y conspiración. Sin embargo, el 31 de agosto de 2020, recibió un indulto de la administración de Nicolás Maduro y fue liberado, tras una intensa campaña de lobby del autoproclamado Gobierno interino de Guaidó en Estados Unidos, que incluyó reuniones de familiares y partidarios de Marrero con congresistas republicanos y con el entonces presidente Donald Trump.
Posteriormente, Trump no dudó en utilizar a Marrero como un recurso de propaganda en un mitin de su campaña de reelección en Florida en noviembre de 2020.
El fracaso de Telesur Libre y el derroche de los fondos
Marrero, miembro de la dirección nacional de Voluntad Popular y amigo personal de Leopoldo López, encabezó la fallida iniciativa Telesur Libre, que intentaba tomar el control de la señal del canal internacional teleSUR para ponerlo al servicio del autoproclamado gobierno interino de Guaidó. Este proyecto fracasó y los fondos destinados terminaron en manos de un reducido grupo de comunicadores y medios de comunicación, incluyendo a Carlos Méndez y su canal de televisión EVTV Miami.
Exiliado en Estados Unidos, Marrero se ha convertido en una figura inseparable de Méndez, apareciendo frecuentemente en su canal de televisión y en otras actividades sociales y políticas.
Considerado uno de los principales operadores políticos de Leopoldo López y un cercano canal de información para López, Marrero fue designado por López para ser la mano derecha, “cuidador y asesor” de Juan Guaidó. No obstante, actualmente, Marrero mantiene desavenencias con Guaidó, a quien acusaría de haberlo perjudicado y de haber malversado fondos del Gobierno interino. Hay quienes presumen que las diferencias entre ambos obedecen a conflictos por rebatiñas de dinero.
Obsesionado con el dinero y el lujo
Incluso durante su encarcelamiento, Roberto Marrero no perdía tiempo solicitando, por vía telefónica, fondos a terceros con la excusa de apoyar la causa política de Juan Guaidó. A Marrero también se le acusa de tener una obsesión por el lujo, mostrando una marcada preferencia por vestir con prendas, zapatos y accesorios de marcas prestigiosas como Louis Vuitton. Además, se dice que utiliza a su hermana, la actriz Belén Marrero, como intermediaria para alcanzar sus objetivos cuando él no puede conseguirlos por sí mismo.
Los enfrentamientos de Marrero con el gobernador Manuel Rosales y otros miembros de la oposición venezolana son bien conocidos, resultado de diversas discrepancias.
Asimismo, se le señala como un desvergonzado que se dedica a extorsionar a diferentes personas, pedir dinero prestado sin intención de devolverlo y apropiarse de ideas ajenas, adjudicándose falsamente su autoría.
Tácticas intimidatorias
Algunas personas aseguran en las redes que Marrero les ha quedado debiendo dinero y, al intentar cobrarle, solo han recibido amenazas. En redes sociales circulan comentarios que indican que Marrero intimida a sus acreedores sugiriendo que los implicará en situaciones comprometedoras, acusándolos de ser “enchufados” o de haberse beneficiado del tráfico de influencias durante las administraciones de Nicolás Maduro y Hugo Chávez.
De esta manera, algunos de sus acreedores, temiendo represalias y chantajes, han decidido desistir de cobrarle las deudas, prefiriendo evitar los conflictos que podrían surgir de sus amenazas. Estos relatos pintan un cuadro preocupante sobre las tácticas intimidatorias de Marrero, revelando una conducta que solo acrecienta las sospechas de corrupción en su contra.
El abogado Roberto Marrero fue concejal del municipio Baruta en el estado Miranda, cargo al que accedió en 2013 gracias al respaldo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Durante su gestión, numerosos residentes de Baruta afirman que Marrero se enriqueció mediante la “venta” de permisos municipales a comerciantes, empresarios y particulares.
Demandado por ser “malapaga”
En 2008, Marrero enfrentó una demanda por incumplimiento de un contrato de arrendamiento de un apartamento en el Edificio Residencias Pradoral I, ubicado en la Avenida Principal de Alto Prado, Urbanización Lomas de Prados del Este, en el municipio Sucre, estado Miranda. Al primer trimestre de 2008, Marrero había dejado de pagar el alquiler por más de un año y acumulaba deudas de condominio desde 2006, incumpliendo así con sus obligaciones contractuales.
El contrato especificaba que el inmueble debía ser utilizado exclusivamente por Marrero, su esposa e hijo (s). Sin embargo, no solo dejó de pagar el alquiler y el condominio, sino que también cedió el apartamento a terceras personas que no estaban incluidas en las cláusulas. El caso fue llevado a tribunales en el estado Mérida, donde residían las propietarias del inmueble y donde, según el contrato, se podía presentar cualquier demanda por incumplimiento.
En marzo de 2008, un tribunal de Mérida condenó a Marrero a pagar más de 24 millones de bolívares de la época como indemnización por daños y perjuicios contractuales. Aunque apeló la decisión, finalmente desistió y se comprometió a devolver el apartamento en abril de 2008, casi año y medio después de haber dejado de pagar el arrendamiento.
Colegio bilingüe exclusivo con salario de empleado público
Pero, tal parece que la suerte cambió para Marrero, y durante su mandato como secretario de la Asamblea Nacional de Venezuela en 2016, ya no parecía tener dificultades económicas. Mientras declaraba que Venezuela enfrentaba una crisis debido a un modelo fracasado, y mientras Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, alertaba al mundo sobre la “crisis humanitaria” en Venezuela y recaudaba insumos médicos y alimentos, Marrero pagaba una de las colegiaturas más exclusivas y costosas de Caracas.
Lilian Tintori envía mensaje durante el mes de junio de 2016
Representantes de estudiantes recuerdan haber visto a Marrero en el Colegio Jefferson, y una fotografía del propio colegio en 2016 muestra a Marrero junto a su esposa, Romy Moreno, en una de las aulas de la institución, que imparte educación bilingüe. En ese entonces, la matrícula del colegio costaba $1000, pagados en efectivo, y las cuotas mensuales eran de 700.000 bolívares fuertes. Con un salario mínimo de 22.576,73 bolívares fuertes en esa época, Marrero desembolsaba el equivalente a 31 salarios mínimos solo por la mensualidad, mucho más que el tope salarial estipulado oficialmente para los más altos cargos de la administración pública.
Declaraciones de Roberto Marrero durante un programa de televisión el 7 de julio de 2016
Cabe cuestionarse cómo costeaba Marrero estos lujos. ¿Acaso la Asamblea Nacional cubría estos gastos para él y otros funcionarios del parlamento? ¿Era tan lucrativa su defensa de Leopoldo López? ¿Por qué si Marrero podía costear semejante lujo, Lilian Tintori insistía tanto en que Venezuela estaba atravesando una “crisis humanitaria”? Estas interrogantes alimentan las acusaciones de corrupción que pesan sobre Marrero.
Foto original en www.colegiojefferson.com
Estos hechos, sumados a los constantes señalamientos en redes sociales, dibujan a Marrero como un político profundamente envuelto en el lodo del latrocinio en perjuicio del erario estatal.
Mientras su esposa Romy Moreno, ahora subdirectora en Florida de la Coalición Estadounidense de Inmigración Empresarial (ABIC, por sus siglas en inglés), aboga por los derechos de los inmigrantes indocumentados, Marrero se perfila como un personaje que ha sabido capitalizar su posición política para su propio beneficio, dejando tras de sí una estela de deudas, extorsiones, amenazas y lujo desmedido que contradice su supuesta lucha por un país en crisis.