CAYENDO EL MUERTO Y SOLTANDO EL LLANTO

Especial JC.-

No debió quedar ajeno el cuestionado empresario venezolano Francisco D’Agostino Casado tras la partida física de su padre, Franco D’Agostino Mancinelli, ocurrida el pasado 2 de junio en la ciudad de Caracas. Apenas el 15 de julio, y justo después de finalizadas las Fiestas de San Fermín —en las que estuvo presente todos los días, desde el 6 hasta el 14—, anunció que pujaría por las plazas de Jerez y Palma:

“Luis Miguel llevaba a mi padre a cazar con Franco”.

D’Agostino ha hecho una oferta a la familia Balañá por sus cosos. Es íntimo de Enrique Ponce y Javier Conde —este último, su socio—, y cuñado de Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas.

Con orgullo suele recordarse que Víctor Vargas Irausquín, suegro de Francisco y de Luis Alfonso, conocido como “el banquero de Chávez”, se encuentra prácticamente en bancarrota. Involucró a ambos en los fraudes que condujeron a la intervención y cierre de los bancos Bancamérica (República Dominicana), Orinoco N.V. (Curazao) y AllBank (Panamá). Por este último caso, Vargas mantiene una orden de captura internacional solicitada por la República de Panamá. Todos formaban parte de las empresas antes mencionadas.

Y como si no fuera suficiente, Luis Alfonso de Borbón está siendo investigado por la venta de drones, a través de PDVSA, a la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela, con el fin de burlar el bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos.

Lo más grave es que Víctor Vargas y Francisco D’Agostino Casado están vinculados al llamado Cartel de los Soles, de donde proviene buena parte de sus fortunas. Por su parte, D’Agostino es señalado como uno de los principales responsables del millonario fraude cometido contra PDVSA, mediante la venta en efectivo de petróleo y fuel oil en mercados negros del Mediterráneo y Asia.

“De tal palo, tal astilla.”

El pasado viernes 6 de junio se ofició una misa por la desaparición física de Franco D’Agostino Mancinelli en la iglesia San Juan Bosco, en Altamira, Caracas.

D’Agostino nació en Pescara, Italia, en diciembre de 1938. A corta edad emigró junto a sus padres a Venezuela, estableciéndose en Caracas, donde cursó la educación primaria y media. En 1956 recibió el título de bachiller en Ciencias en el Liceo Aplicación. Posteriormente viajó a Estados Unidos para estudiar ingeniería civil en el Instituto Tecnológico de Indiana, donde se graduó en 1961.

Al regresar a Venezuela se incorporó al desaparecido Ministerio de Obras Públicas (MOP), desempeñándose en actividades relacionadas con la construcción de infraestructuras viales. En 1964 fundó la empresa Caminos y Estructuras C.A. (Cedica), proyecto que marcó el inicio de su trayectoria empresarial. Desde entonces se vinculó con Leopoldo Sucre Figarella, con el partido Acción Democrática y comenzó, por todo lo alto, un largo y fructífero camino en el mundo de la corrupción, los sobornos, el fraude, el lavado y el blanqueo de capitales.

En 1971 creó la empresa constructora C.A. Dayco de Construcciones y, casi treinta años más tarde, en 1998, fundó Dayco Telecom C.A. (Daycohost) para participar en el negocio tecnológico bajo el modelo de servicios. Obtuvo la permisología necesaria para operar, casi en exclusividad, un data center en Caracas.

En 2012, y hasta su fallecimiento, Franco D’Agostino Mancinelli dirigió la empresa Daycohost en Venezuela. Durante este tiempo se divorció y volvió a contraer matrimonio. También ejecutó varios fraudes internacionales —para no perder la costumbre— junto a su hijo Francisco (uno de ellos en contra del banquero prófugo de la justicia venezolana Julio Herrera Velutini). Además, impulsó los matrimonios de sus hijas: Dora, con el ejecutivo de medios Eladio Lares; y Diana, con el cuestionado ex secretario general del partido Acción Democrática, Henry Ramos Allup.

CARTEL DE LOS SOLES TOMARÁ LA TAUROMAQUIA EN ESPAÑA

“La noticia de la oferta millonaria por las plazas de toros de Palma de Mallorca y Jerez, en propiedad de la familia Balañá, sacudió el mundo del toro como un temblor el pasado 15 de julio, nada más bajarse el telón de los Sanfermines.”

De esta manera comenzaba la crónica taurina a la que el diario español El Mundo dedicó amplio espacio y cobertura. Aplausos de pie, vítores, fanfarrias y hasta una corona de ramas de olivo para Don Francisco Javier D’Agostino Casado, quien así oficializa la llegada de los capitales del Cartel de los Soles a la “Madre Patria España” de su mano.

A través de un comunicado, la sociedad Balears Cambio de Tercio S.L. anunció que “se afianzará como uno de los principales actores del panorama taurino nacional” y que buscará “liderar la transformación del sector”. Sin embargo, detrás de esta fachada empresarial, Don Francisco y su familia introducen miles de millones de euros provenientes de diversos negocios ilícitos, destinados a ser invertidos en diferentes áreas.

SE GANÓ EL GORDO DE LA LOTERÍA

El matador retirado Javier Conde anunció, visiblemente emocionado y con lágrimas en los ojos, su sociedad con Francisco D’Agostino Casado, “un empresario hispano-venezolano multimillonario, asentado en Mallorca, con negocios inmobiliarios y financieros, casado con María Victoria Vargas, hermana de Margarita Vargas y, por tanto, cuñado de Luis Alfonso de Borbón, a quien lo une, además de los lazos familiares, el Banco Occidental de Descuento, propiedad de su suegro, Víctor Vargas”.

La fama precede la salida al ruedo de Don Francisco Javier.

Breve resumen

Francisco D’Agostino Casado fue miembro fundador de la empresa Derwick Associates, acusada de ser responsable de la crisis eléctrica en Venezuela.
Los propietarios —entre los que destaca D’Agostino— le vendieron chatarra como equipos nuevos al Estado venezolano mediante 12 contratos para construir plantas eléctricas, pese a carecer de experiencia y capital. Además, las negociaciones se realizaron con sobreprecio y los compromisos se incumplieron: las obras no fueron entregadas, aunque se habían cobrado de manera adelantada.

Podemos demostrar el papel que D’Agostino desempeñó dentro del directorio de la empresa y como agente financista de sus actividades irregulares.

Está casado con María Victoria Vargas Santaella, hija del banquero Víctor Vargas, expresidente del Banco Occidental de Descuento (BOD), quien lo integró a la directiva de las empresas financieras del Grupo BOD. Es cuñado del dirigente de Acción Democrática Henry Ramos Allup. Fue demandado en el estado de Florida, EE. UU., por su vinculación con Derwick Associates, y terminó suscribiendo un acuerdo de delación con el gobierno estadounidense, incriminando al régimen venezolano y a sus antiguos socios.

En 2003 trabajó en la fusión de esa entidad con el BOD y fundó la División de Banca Privada. En asociación con su suegro constituyó Element Capital Group, una empresa de gestión de riqueza con sede en Panamá. Posteriormente, estafaron a depositantes de cinco bancos en al menos cinco países diferentes. Dichas entidades fueron intervenidas, declaradas en quiebra y los ahorristas estafados. Su cuñado Luis Alfonso de Borbón participó activamente en el plan.

En 2010 cofundó Casablanca Capital, LLC, una firma activista establecida en Nueva York, que en 2012 vendió a empresarios de origen palestino vinculados al sector oficialista venezolano, quienes recientemente fueron señalados como miembros del Cartel de los Soles. También existen sospechas de blanqueo de capitales junto a su suegro y cuñado en principados y monarquías del Medio Oriente.

Fue socio y partícipe de astronómicos fraudes contra PDVSA, junto a sus amigos de la infancia Leopoldo Alejandro Betancourt López (Derwick Associates), Pedro Trebbau López y Francisco Convit, este último prófugo tras fugarse de la sede del SEBIN en Caracas, donde estaba detenido. D’Agostino, además, fue padrino de su boda en Venecia.

Ha estado involucrado en esquemas de legitimación de capitales ilícitos en Venezuela mediante títulos valores, bonos de PDVSA y de la deuda externa, operaciones en el mercado negro cambiario, depósitos en bancos suizos y el uso de diversos paraísos fiscales.

Más recientemente, han salido a la luz sus negocios con Delcy Rodríguez, Alex Saab, Alessandro Bazzoni, Erik Roveta, el mafioso griego Marios Illiopoulos, el mexicano Joaquín Leal y el terrorista ucraniano Viktor Artemov.

El ucraniano es el enlace para pagar a la Guardia Revolucionaria Islámica (Irán) y a Hezbollah.

UNA VERDADERA BURLA

Luis Miguel Dominguín nunca imaginó, en el Madrid de los años 60, la importante amistad que cultivaba con Franco D’Agostino y su hijo Francisco, quien hoy se jacta de sus estrechos vínculos con la Casa Windsor.

Su madre, María de la Purificación Casado, figura como administradora de Balears Cambio de Tercio S.L. ¡Qué barbaridad!

Francisco se burla de Enrique Ponce y Domingo Hernández Conde como si fueran retrasados mentales. Los impresiona con su jet privado, sus alardes de riqueza y excentricidades.

Lo imaginan como una especie de sultán tropical, pero en realidad es peor que el pequeño Nicolás.

JC

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