El escándalo de corrupción que sacude España, conocido como «Caso Koldo», ha revelado una intrincada red de tráfico de influencias y manejos turbios que se extiende más allá de las fronteras europeas. En el centro de esta trama, con ramificaciones en Venezuela, se encuentran dos figuras claves: Jorge Andrés Giménez Ochoa, presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), y Jorge Brizuela Guevara, un enigmático empresario señalado como agente del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Ambos nombres han emergido en la investigación como piezas importantes en un entramado que involucra negocios ilícitos con materiales sanitarios durante la pandemia de COVID-19.
La sombra de sospecha se cierne sobre Giménez Ochoa, quien además de su cargo en la FVF, ha sido señalado como testaferro de Delcy Rodríguez, vicepresidenta del régimen de Venezuela. Las autoridades españolas investigan la participación de Giménez Ochoa en FVF Operaciones Globales, una empresa registrada en Madrid que levanta sospechas por sus vínculos con Víctor de Aldama, empresario español involucrado en el corazón del «Caso Koldo».
Koldo García Izaguirre era asesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos. El caso de corrupción que se investiga actualmente en España lleva su nombre debido a su papel central en la trama.
La investigación ha revelado que Koldo García Izaguirre lideraba un entramado de corrupción que involucraba presuntas actividades ilícitas. García estuvo presente en la controvertida reunión en el aeropuerto de Barajas en enero de 2020, cuando Delcy Rodríguez hizo su polémica escala en Madrid. Acompañaba al entonces ministro José Luis Ábalos, junto con Víctor de Aldama, uno de los empresarios involucrados en la trama de las mascarillas.
Jorge Giménez Ochoa y De Aldama, además de compartir intereses en el mundo del fútbol – De Aldama es dueño del Zamora Club de Fútbol –, también están vinculados a través de Apamate Corporate and Trust, empresa desde la cual se realizó un traspaso de 300.000 euros a favor de De Aldama, según informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil española.
Las autoridades españolas no descartan que este movimiento financiero esté relacionado con la compra irregular de mascarillas y pruebas de detección del COVID-19, una de las líneas de investigación del «Caso Koldo» que ha destapado una trama de lucro con la crisis sanitaria.
El viaje a Barajas y la red de empresas: Un entramado con tentáculos en ambos lados del Atlántico
El «Caso Koldo» trae a la memoria el controvertido viaje de Delcy Rodríguez a Madrid en enero de 2020. La vicepresidenta venezolana, bajo la prohibición de pisar territorio Schengen por las sanciones impuestas al régimen de Venezuela, aterrizó en el aeropuerto de Barajas en un vuelo que sigue generando interrogantes. Entre los acompañantes de Rodríguez se encontraba Jorge Giménez Ochoa. Rodríguez participó en una reunión con José Luis Ábalos, entonces ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del gobierno español.
El encuentro, en el que también estuvo presente Víctor de Aldama, ha levantado sospechas sobre la naturaleza de las relaciones entre el empresario español y altos funcionarios del régimen venezolano. Se investiga si durante la reunión se negociaron contratos para el suministro de material sanitario con sobreprecio, aprovechando la urgencia de la crisis sanitaria.
Pero la sombra de la corrupción se extiende más allá de las mascarillas y los test COVID-19. De Aldama, a través de su entramado empresarial, habría actuado como gestor de cobro de deudas del régimen de Venezuela con empresas españolas, como Air Europa.
La presencia de Giménez Ochoa en la reunión de Barajas, junto a Delcy Rodriguez y De Aldama, refuerza la hipótesis de que el presidente de la FVF actúa como enlace entre el régimen venezolano y empresarios españoles, facilitando negocios opacos al amparo del poder.
La inquietante figura de Jorge Brizuela Guevara
Las conexiones venezolanas del «Caso Koldo» conducen a otro personaje que ha captado la atención de las autoridades españolas: Jorge Brizuela Guevara, conocido en algunos círculos como «el venezolano». Este empresario del sector salud, con operaciones en México, República Dominicana y Colombia, ha sido señalado como un agente del SEBIN, el servicio de inteligencia de Venezuela.
La figura de Brizuela Guevara emergió entre los archivos filtrados en 2023 como parte de los «Guacamaya Leaks», una serie de filtraciones de documentos clasificados realizadas por el grupo de hacktivistas Guacamaya, que afectaron a varios países de América Latina, incluyendo México, Perú, El Salvador y Colombia. Estas filtraciones revelaron información sensible sobre las actividades militares, la vigilancia civil, la corrupción y la relación entre las fuerzas armadas y grupos criminales.
Los informes de inteligencia identifican a Brizuela Guevara como un operador que se mueve entre las sombras, tejiendo una red de contactos con grupos delictivos y personajes ligados al poder en Latinoamérica.
Brizuela Guevara, a través de su empresa Laboratorios Pronalab, se habría asociado con Víctor de Aldama para expandir sus negocios en el sector sanitario. La alianza, documentada en fotografías publicadas en redes sociales, levanta sospechas sobre la participación de Brizuela Guevara en la trama de las mascarillas y otros negocios irregulares relacionados con la pandemia.
Las autoridades españolas no descartan que Brizuela Guevara haya utilizado su fachada de empresario para encubrir actividades de inteligencia y operaciones financieras ilícitas. Su nombre se suma a la lista de personajes oscuros que gravitan alrededor del «Caso Koldo», un escándalo que revela las conexiones entre la corrupción transnacional y los tentáculos del poder venezolano.
Un atentado, un gobernador y la mafia rumana: Los tentáculos del agente encubierto
La vida de Jorge Brizuela Guevara, lejos de limitarse a los despachos y las clínicas, parece sacada de una novela de espías. En 2020, mientras conducía su camioneta blindada por Cancún, México, Brizuela Guevara denunció haber sido víctima de un atentado. El vehículo blindado recibió varios impactos de bala, mientras que el empresario salió ileso del incidente.
Este episodio, envuelto en un halo de misterio, puso de manifiesto los vínculos de Brizuela Guevara con el mundo del hampa. Informes de inteligencia lo señalan como nexo con la mafia rumana que opera en Quintana Roo, México, un entramado dedicado al lavado de dinero y otras actividades ilícitas.
Las conexiones de Brizuela Guevara se extienden hasta las altas esferas del poder en México. Se le señala de haber mantenido una estrecha relación con un exgobernador de Quintana Roo. Las autoridades españolas tratan de determinar si Brizuela Guevara utilizó sus contactos en México para lavar dinero proveniente de la trama de corrupción del «Caso Koldo» o de otras operaciones ilegales.
Jorge Giménez Ochoa no solo es presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, sino también contratista de PDVSA a través de ENSA Energía AG y está implicado en el caso de la cripto corrupción petrolera. Además, es vendedor de cajas CLAP a través de Alimentos El Mazo C.A.
Giménez ha expandido sus operaciones comerciales en España mediante la empresa FVF Operaciones Globales. También registró Apamate Corporate and Trust, ahora inactiva, desde la cual se habría realizado la transferencia de 300.000 euros a Aldama.
Recientemente, Giménez ha sido visto compartiendo actividades políticas en el comando de campaña de Maduro en el estado Zulia, acompañando a Pedro Tellechea, presidente de PDVSA y ministro de petróleo.
En el viaje a Barajas, Delcy Rodríguez también estaba acompañada por Santiago Morón, relacionado a Nicolás Maduro hijo, y Yussef Abou Nassif, vinculado sentimentalmente a la vicepresidenta.
No se descarta que las autoridades españolas citen a declarar a Jorge Giménez y Santiago Morón en las próximas semanas. Morón se encuentra actualmente sometido a un sospechoso tratamiento psiquiátrico en Cuba, tras haber estado detenido en la DGCIM en Caracas.
Jorge Brizuela Guevara, además de sus actividades empresariales, es acusado de facilitar la llegada a Puerto Rico de venezolanos para lavar dinero. También se le señala por amenazar a empresarios y políticos.
Brizuela se asoció con Aldama y otros empresarios latinoamericanos para expandir las clínicas y laboratorios de Pronalab a varios países del continente americano. En sus redes sociales, Brizuela calificó a Aldama como «embajador del Gobierno de España para las Américas» y anunció la apertura de nuevas clínicas y laboratorios de Pronalab en Puerto Rico junto a Aldama y Nacho Díaz Tapia.
Como dueño del Zamora Club de Fútbol, en agosto de 2019, Víctor de Aldama cerró un acuerdo con el Deportivo Lara, equipo de primera división de Venezuela dirigido entonces por Jorge Giménez Ochoa. Este acuerdo consistía en que el club español recibiría a un jugador del equipo venezolano.
El acuerdo se concretó exitosamente con la incorporación de Ignacio Anzola, un joven de 20 años, al Zamora Club de Fútbol. Como gesto de agradecimiento por este acuerdo, Aldama obsequió al presidente del Deportivo Lara, Jorge Giménez, con una camiseta del Zamora. Este intercambio no solo evidencia la relación comercial entre ambos en el ámbito futbolístico, sino que también sugiere una conexión personal entre los dos empresarios involucrados en la trama del caso Koldo.
¿Extorsión informativa?
La madeja de corrupción tejida alrededor del «Caso Koldo» ha trascendido las fronteras de la justicia para convertirse supuestamente en un instrumento de extorsión. Un grupo de venezolanos residenciados en España, aprovechando el interés mediático que ha despertado el caso, habrían urdido un plan para lucrarse a costa de los implicados.
Liderados por un matrimonio vinculado al mundo del periodismo en Venezuela, esta red de extorsión habría identificado a Jorge Giménez Ochoa y a otros empresarios venezolanos vinculados al «Caso Koldo», como objetivos. Su estrategia: amenazar con publicar información comprometedora sobre sus vínculos con el «Caso Koldo», de no recibir altas sumas de dinero.
El modus operandi de este grupo incluye la publicación de artículos en portales digitales bajo su control, así como la filtración de datos a otros medios de comunicación con el fin de generar presión sobre sus víctimas.
Para amplificar el eco de sus acusaciones, el matrimonio habría reclutado a un exdiputado venezolano que, a pesar de viejas rencillas con el editor, habría aceptado participar en el plan.
Se rumorea que la red de extorsión también habría logrado convencer a un antiguo banquero venezolano, ahora propietario de un diario en Miami, para que se sumara a la campaña de presión mediática, además de relanzar la imagen del portal digital del exdiputado.
La ambición desmedida del grupo de extorsión que ha puesto la mira en los protagonistas venezolanos del «Caso Koldo» parece no tener límites. En su afán por ampliar su red de influencia y aumentar la presión sobre sus víctimas, habrían reclutado a un nuevo aliado: un controvertido exeditor de un reconocido diario español.
El veterano periodista, conocido por su polémica trayectoria y sus contactos en el mundo de la información, habría puesto su propio portal de noticias al servicio de la trama. Su objetivo: publicar artículos que alimenten las sospechas sobre la participación de Jorge Giménez Ochoa en el escándalo de corrupción, aportando una apariencia de credibilidad a las acusaciones de la red de extorsión.