El jefe de la unidad de Asuntos Especiales (DAE) de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de Venezuela, Alexánder Granko, ha sido objeto de comentarios en las redes sociales por sus vínculos con personas que se preocupan mucho por su apariencia física. Estas personas, que pertenecen a su círculo personal o a otros organismos de seguridad venezolanos, han sido calificadas de metrosexuales, pues invierten mucho dinero en cuidar de su imagen.
El caso de José Miguel Domínguez
Uno de los casos más llamativos es el de José Miguel Domínguez, subdirector de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de Venezuela y jefe de la Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas (DAET) de la PNB, antes conocida como las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES). Domínguez, apodado «Miguelito», ha cambiado radicalmente su aspecto físico, sometiéndose a varias intervenciones quirúrgicas, como un balón gástrico, una cirugía facial y una «latonería y pintura», según han afirmado algunos usuarios en las redes. De esta manera, ha dejado atrás su antiguo apodo del «gordo» Miguel Domínguez.
Domínguez, a quien en redes sociales han señalado de mantener supuestamente desviaciones de conducta hacia menores, no solo se ha destacado por su transformación estética, sino también por su responsabilidad en graves violaciones de los derechos humanos y de represión de la sociedad civil y la oposición democrática en Venezuela. Bajo su mando, las FAES eran conocidas por sus ejecuciones extrajudiciales y su papel violento a la hora de eliminar la contestación por parte de los rivales políticos de Maduro, la oposición y los manifestantes.
Por estas razones, la Unión Europea ha incluido a Domínguez en la lista de funcionarios sancionados del régimen de Venezuela, sujetos a medidas restrictivas, por su papel en actos y decisiones que atentan contra la democracia y el estado de derecho, o como consecuencia de graves violaciones de derechos humanos.