Tras la incautación del avión presidencial de Nicolás Maduro por parte de las autoridades estadounidenses a principios de septiembre, el régimen venezolano parece haber encontrado un sustituto: un Bombardier Global 6000 con matrícula T7-102X. La aeronave, que tiene un valor comercial de decenas de millones de dólares, ha generado controversia no solo por su elevado costo, sino también por la falta de claridad en torno a su uso.
Según el comunicador Federico Black, quien se ha pronunciado sobre el tema a través de la red social X, el avión ha estado realizando vuelos entre La Carlota y Maiquetía, dos aeropuertos que sirven a Caracas, sin un destino definido. Black, citando a conocedores del tema, afirma que “no saben dónde meterlo” y que la aeronave simplemente «va y viene» entre ambos aeropuertos.
La información publicada por Black en X el 6 de septiembre incluye una imagen del avión en el hangar Rampa Grupo #5 del aeropuerto La Carlota, así como detalles de un vuelo realizado ese mismo día. Según los datos de Flightradar24, el vuelo del T7-102X despegó de Maiquetía a las 2:00 p.m. (UTC) y aterrizó de Caracas a las 2:28 p.m., lo que sugiere un vuelo de prueba o un simple traslado entre las dos terminales aéreas.
El Bombardier Global 6000 es un avión de lujo con capacidad de entre 13 y 14 pasajeros y un alcance de vuelo de más de 11.000 kilómetros. Su adquisición por parte del régimen de Venezuela se produce en un momento de gran tensión con Estados Unidos, que ha impuesto sanciones a altos funcionarios venezolanos, incluido el propio Maduro, por presuntas violaciones a los derechos humanos y corrupción, sanciones que se han exacerbado tras la relección de Maduro el pasado mes de ulio, que ha sido desconocida por la oposición.
Mantenimiento millonario
Más allá del precio de adquisición, el costo de mantenimiento del Bombardier Global 6000 también ha generado polémica. Según Black, mantener la aeronave en funcionamiento podría costar alrededor de 2 millones de dólares al año, sin contar el costo por hora de vuelo, que se estima en 11.000 dólares. Estos gastos, en un país que atraviesa una profunda crisis económica y social, han sido criticados por la oposición venezolana y por diversos sectores de la sociedad civil.
La incautación del anterior avión presidencial de Maduro, un Dassault Falcon 900EX, a principios de septiembre, fue calificada por el chavismo como un acto de “piratería”. Sin embargo, las autoridades estadounidenses justificaron la acción alegando que la aeronave había sido adquirida ilegalmente y que no se permitiría que funcionarios venezolanos sancionados utilizaran aviones contrabandeados.
El nuevo avión también bajo riesgo de confiscación
No obstante, la sombra de una posible confiscación se cierne sobre el nuevo avión del mandatario venezolano Nicolás Maduro. El Bombardier Global 6000, recientemente incorporado a la flota presidencial, podría seguir el mismo camino que el Dassault Falcon 900EX que fue confiscado ya por Estados Unidos. La razón radica en la opacidad que rodea la adquisición de la aeronave.
El Bombardier Global 6000 fue adquirido a través de una compañía fantasma que realizó la compra a TVPX Aircraft Registration Services, también conocida como TVPX ARS Inc. TVPX, con sede en Wyoming y oficinas en Utah y otros estados de Estados Unidos, se especializa en servicios fiduciarios relacionados con la aviación, particularmente en el registro y administración de aeronaves.
La transacción, que levanta sospechas, se llevó a cabo con la participación de «Ocean Limited», una firma sin historial en el mercado de compra-venta de aviones. Esta empresa se convirtió por pocos meses en la propietaria del avión en San Marino, antes de exportarlo a Venezuela.
Previo a su llegada a Venezuela, el Bombardier Global 6000 estaba registrado en Estados Unidos con la matrícula N711LS. En marzo de 2024, fue retirado del registro estadounidense para iniciar el proceso de exportación. Para mayo de 2024, ya en San Marino, la aeronave recibió su nueva matrícula: T7-102X, la cual ostenta actualmente.