En el contexto de las elecciones presidenciales venezolanas del 28 de julio de 2024, tanto antes como después de los comicios, los supuestos estudios, predicciones y proyecciones de la empresa encuestadora Meganálisis han resonado con fuerza entre los partidarios de la oposición, tanto dentro como fuera de Venezuela.
El ingeniero Rubén Antonio Chirino Leañez, quien se identifica como el presidente actual de la firma, es el rostro visible de la encuestadora y aparece con frecuencia en medios de comunicación y canales de entrevistas en YouTube. De esta manera, Chirino Leañez se ha erigido en una especie de oráculo estadístico para un sector de la prensa que lo consulta habitualmente buscando comprender la presunta opinión pública sobre asuntos políticos de relevancia.
Paralelismos
A través de sus redes sociales y entrevistas, Meganálisis difunde con regularidad gráficos que muestran los resultados de sus supuestos estudios de opinión. Estos gráficos y presuntas mediciones indican, por ejemplo, que la mayoría de los encuestados cree que existe persecución política en Venezuela; que la mayoría confía y respalda a la líder política María Corina Machado; que la mayoría apoya a Edmundo González Urrutia (el excandidato presidencial respaldado por Machado, a quien un sector de la oposición considera el presidente electo de Venezuela tras denunciar un fraude en las elecciones del 28 de julio); o que la mayoría de los encuestados rechaza la juramentación de Nicolás Maduro para un nuevo período presidencial el 10 de enero de 2025, después de que los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE) lo declararan reelecto el pasado 28 de julio.
De esta forma, las supuestas mediciones difundidas por Meganálisis tienden a coincidir con los intereses y el discurso del sector de la oposición que apoya a María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. Cabe destacar que muchos de los periodistas y medios de comunicación que entrevistan con frecuencia a Rubén Chirino Leañez, han formado parte del equipo de comunicación que impulsó las actividades de campaña de Machado desde su etapa como precandidata presidencial, incluso cuando estaba inhabilitada políticamente. Estos mismos comunicadores y medios respaldaron posteriormente a Edmundo González en las elecciones del 28 de julio, después de que Machado decidiera apoyarlo ante la imposibilidad de presentar su propia candidatura. Un ejemplo de ello es la periodista Nitu Pérez Osuna, quien coordinó el equipo de comunicación de Machado y González Urrutia. En sus gráficos, Meganálisis siempre ha presentado a María Corina Machado como la dirigente con mayor apoyo popular, incluso durante la etapa de precandidaturas.
No solo medios venezolanos, sino también internacionales, han dado espacio a Rubén Chirino Leañez y a las supuestas mediciones de Meganálisis, consultándolo como si fuera una especie de «gurú» de las encuestas, con un conocimiento absoluto del sentir, pensar y esperar de los venezolanos. Sus mediciones son presentadas como una verdad incuestionable sobre la opinión de toda la población del país.
¿Encuestadora o partido político?
Sin embargo, los gráficos estadísticos circulares y de barras no son la única información que Meganálisis difunde en sus redes sociales. A pesar de ser presentada en los medios y percibida por algunos opositores como una encuestadora seria, neutral e imparcial, la realidad es diferente. Meganálisis ha adoptado un rol de juez y parte, divulgando mensajes políticos de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado dirigidos a sus seguidores, en los que desconocen el triunfo de Nicolás Maduro y se autoproclaman vencedores de las elecciones. Además, las encuestas de Meganálisis refuerzan la narrativa de inestabilidad política en Venezuela y el agravamiento de la crisis migratoria, tal como lo han reportado medios internacionales tras los resultados electorales de julio
«Venezuela votó, ganó y ahora cobra!», es un ejemplo de los mensajes difundidos por Meganálisis en redes sociales, después de que ciudadanos opositores iniciaran protestas en Venezuela contra los resultados electorales oficiales. Si se sustituyera el logotipo de Meganálisis por el de Vente Venezuela, el partido fundado por María Corina Machado, en sus cuentas de redes sociales, estas podrían confundirse fácilmente con cuentas afiliadas a esa organización política.
Sin embargo, la situación en Meganálisis no siempre fue la actual. En septiembre de 2012, un hombre canoso exhibía carteles a manera de gráficos de una encuesta de intención de voto, previo a las elecciones presidenciales del 7 de octubre de ese año. En ese sondeo, el favorito era el entonces candidato a la reelección, Hugo Chávez, con un 58,5% de intención popular, frente a un 30,8% atribuido al candidato opositor, Henrique Capriles Radonski. El hombre que mostraba los gráficos era Rubén Antonio Chirino Madrid, padre de Rubén Chirino Leañez. En aquel entonces, Meganálisis era una de las pocas encuestadoras que se atrevía a contradecir a otras que otorgaban mayor popularidad a Capriles Radonski, incluso por encima de Chávez, quien finalmente resultó vencedor en esos comicios.
En 2009, Rubén Chirino (padre) y Meganálisis afirmaban tener 30 años de experiencia en el mercado de las encuestas, lo que sugería que Chirino (padre) había comenzado a trabajar en ese campo a una edad muy temprana.
Al menos hasta 2019, Rubén Chirino (padre) era quien habitualmente concedía entrevistas a medios de comunicación y canales de YouTube como presidente de Meganálisis. Ya en 2017, en el contexto de las protestas opositoras de ese año, Chirino (padre) aseguraba que, según sus encuestas, la mayoría de la población demandaba una huelga general contra la administración de Nicolás Maduro.
No obstante, a partir de aproximadamente 2017, comenzaron a destacar en medios las entrevistas a Rubén Chirino (hijo), entonces vicepresidente de Meganálisis. Para 2022, Rubén Chirino (hijo) asumió la presidencia de la encuestadora, reemplazando a su padre.
Aunque Rubén Chirino (hijo) suele destacar el profesionalismo con el que se elaboran las encuestas de Meganálisis, ofreciendo detalles técnicos y metodológicos estadísticos, en la práctica se conoce poco sobre quiénes las realizan y si las mediciones se llevan a cabo tal como se describe en sus supuestas fichas técnicas.
¿Dónde están los encuestadores?
Aparte de Rubén Chirino (hijo), su esposa, Rubén Chirino (padre) y algún otro miembro de la familia Chirino, es difícil encontrar registros de otras personas que hayan trabajado formalmente para Meganálisis. Hasta el momento, tampoco se conoce públicamente a muchas personas que afirmen haber sido encuestadas por la firma, lo que añade más incertidumbre a la situación. Es posible que tanto los empleados como los encuestados prefieran no vincular sus nombres a la encuestadora. Sin embargo, una empresa que presume de conocer en profundidad las opiniones y preferencias de la mayoría de los venezolanos, debería contar con decenas, si no cientos, de empleados para poder llevar a cabo muestreos tan amplios y efectivos. Esto considerando que, además, en elecciones nacionales en un país como Venezuela, con 23 estados, un Distrito Capital y Dependencias Federales, Meganálisis ha difundido encuestas a boca de urna (exit polls), lo que implica un supuesto despliegue considerable de encuestadores. No obstante, esta afirmación contrasta con los cuatro empleados que, según la red social LinkedIn, aparecen vinculados a Meganálisis.
Si lo anterior no resulta de por sí llamativo, existen otros hechos aún más inquietantes relacionados con la encuestadora.
Aunque Meganálisis se presenta como una empresa caraqueña, la familia Chirino Leañez es originaria de Coro, capital del estado Falcón, donde, durante las protestas opositoras de 2017, José Leonardo Chirino Leañez, hermano del actual presidente de Meganálisis, se hizo visible en las actividades del partido Vente Venezuela, fundado por María Corina Machado. Se le puede ver con una gorra del partido y participando en el plebiscito convocado por la oposición el 16 de julio de 2017, para rechazar la Asamblea Nacional Constituyente propuesta por Nicolás Maduro.
Los hermanos Chirino Leañez han mantenido una estrecha relación familiar entre ellos y con su padre, Rubén Chirino Madrid, fundador de Meganálisis. Ana María, otra miembro de la familia, es economista con estudios en instituciones académicas internacionales como la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, y una amplia trayectoria profesional, incluyendo experiencia en el Banco Central de Venezuela, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ana María también ha publicado artículos analizando el impacto de las políticas públicas en la economía venezolana.
Vente Falcón
Mientras Rubén Chirino (hijo) difundía los resultados de sus encuestas, que sugerían un descontento mayoritario de los venezolanos con la administración de Nicolás Maduro, su hermano José Leonardo desarrollaba su carrera política, primero como dirigente del partido Vente Venezuela en el municipio Miranda del estado Falcón, cuya capital es Coro. En una fotografía de julio de 2018, se puede observar a Chirino con el uniforme de Vente Venezuela, abrazado con María Corina Machado, con quien mantiene una estrecha amistad. Diversos artículos de opinión con mensajes políticos, escritos por José Leonardo Chirino, con títulos como «¿Nos sentamos o actuamos?«, «¡El cambio es urgente!» o «¡Sí hay Esperanza!«, se pueden encontrar en el sitio web oficial de Vente Venezuela.
José Leonardo Chirino continuó ascendiendo en la estructura de Vente Venezuela en el estado Falcón, y en enero de 2020, tras participar en numerosas actividades de proselitismo, fue nombrado secretario político estadal. En años recientes, José Leonardo se ha enfocado en la motivación y la autoayuda, además de su trabajo como ingeniero y valuador, sin abandonar su militancia en Vente Venezuela, como lo demuestran sus llamados a un cambio de gobierno tras las elecciones del 28 de julio.
El 2 de agosto de 2024, José Leonardo Chirino publicó en la red social X (anteriormente Twitter): «Hoy, el régimen en su escalada de terrorismo de Estado, y usando a sus grupos armados, han atacado nuestra sede @VenteVenezuela y la sede de @ConVzlaComando», confirmando su continua militancia en el partido y denunciando actos vandálicos contra la sede de Vente Venezuela en Caracas y el Comando Nacional de Campaña de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. Junto a su comentario, José Leonardo compartió imágenes del estado de las instalaciones del partido tras los actos vandálicos, publicadas originalmente por la cuenta oficial de Vente Venezuela en X.
Desde al menos 2017, cuando José Leonardo Chirino comenzó a mostrar una militancia activa en Vente Venezuela, las encuestas de Meganálisis y las declaraciones de su hermano, Rubén Antonio Chirino (hijo), entonces vicepresidente de la encuestadora, empezaron a coincidir con las posiciones de Vente Venezuela y María Corina Machado contra la administración de Nicolás Maduro. Esta sintonía ha sido tan evidente que, incluso después de que Machado expresara en 2020 su desacuerdo con Juan Guaidó y el «Gobierno interino» establecido en 2019, Meganálisis comenzó a difundir supuestas mediciones que indicaban un descontento mayoritario de la población venezolana con Guaidó.
¿Manipulación política colectiva?
Considerando todo lo anterior, surgen preguntas cruciales: ¿Se ha convertido Meganálisis en el «brazo encuestador» que respalda la narrativa de Vente Venezuela y María Corina Machado? ¿Puede considerarse a Meganálisis una encuestadora imparcial, dado que el hermano de su presidente es un destacado dirigente de Vente Venezuela y aliado cercano de María Corina Machado? ¿Por qué los mismos mensajes, personajes y menciones que orbitan alrededor de Vente Venezuela y María Corina Machado también lo hacen alrededor de Meganálisis? ¿Se ha transformado la encuestadora en un instrumento de manipulación al servicio de un sector específico de la oposición? ¿Intenta Meganálisis implantar en la mente de los venezolanos ciertas ideas políticas basadas en encuestas ficticias? Los hechos son, sin duda, inquietantes y proyectan numerosas sombras de duda sobre el verdadero rol de Meganálisis en el panorama político venezolano.