En el clima de tensión política que envuelve a Venezuela tras las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, en las que Nicolás Maduro fue proclamado vencedor, entre el descontento por parte de sectores de la oposición que argumentan un supuesto fraude electoral, surge un nuevo foco de conflicto: el fantasma del desabastecimiento.
Mientras la oposición, liderada por figuras como María Corina Machado, busca impedir la juramentación de Maduro para un nuevo mandato el 10 de enero de 2025, algunos sectores pretenderían usar el desabastecimiento como una herramienta política para generar malestar social y caos. Entre estos actores se encuentran los ganaderos Waldo Rujano y su hijo Vicente Rujano Garófalo, quienes controlan gran parte del sector cárnico en el estado Táchira y han sido señalados por sus vínculos con figuras políticas y presuntos nexos con el narcotráfico.
Un imperio ganadero con tentáculos políticos
Waldo Rujano y su hijo Vicente, quienes controlan el 80% del matadero de La Fría, en el estado Táchira, y poseen alrededor de 10 unidades de producción de carne en Colón, Coloncito, La Fría y Barinas, se han convertido en figuras clave en el sector ganadero venezolano. Su poder es tal que en Táchira controlan y establecen el precio del «viril del toro» y de cálculos biliares, entre otros exóticos productos de origen bovino, que se exportan a México y China.
Esta influencia en el mercado cárnico les otorga una posición privilegiada para manipular la cadena de suministro y generar desabastecimiento, una estrategia que, según algunas fuentes, estaría siendo utilizada como herramienta política para desestabilizar a la administración de Maduro.
Personas familiarizadas con el tema, en desacuerdo con tales acciones, aseguran que sectores de la oposición buscarían exacerbar los ánimos de la población mediante sabotajes en las cadenas de suministros y servicios públicos, con el objetivo de provocar revueltas populares que impidan la juramentación de Maduro o generen un clima de ingobernabilidad en Venezuela.
Los Rujano en Táchira: Un legado de propiedades y polémica
El estado Táchira, fronterizo con Colombia, ha sido el escenario principal del ascenso de los Rujano en el sector ganadero venezolano. Además de sus unidades de producción de carne y su control sobre el matadero de La Fría, la familia posee diversas propiedades en la región, incluyendo fincas de gran valor.
Sin embargo, su presencia en el Táchira no está exenta de polémica. Waldo Rujano ha sido vinculado a la exgobernadora opositora del estado, Laidy Gómez, una relación que ha estado rodeada de escándalos y acusaciones. En 2016, Rujano fue acusado de difundir fotos íntimas de Gómez, mientras que en redes sociales circularon imágenes privadas de la exgobernadora junto con acusaciones de «quita maridos» y «extorsión» a ganaderos. Usuarios de redes sociales incluso la increparon por su supuesta relación marital con Rujano, mencionando sus paseos en una camioneta del ganadero, quien está casado con Gisela Garófalo, madre de sus hijos Vicente y Andrea Rujano Garófalo.
Laidy Gómez tiene una hija mayor que se rumora es hija de Waldo Rujano, lo que la convertiría en media hermana de Vicente y Andrea Rujano Garófalo. Sin embargo, Waldo Rujano nunca ha reconocido públicamente esta paternidad.
Estos escándalos y la compleja red de relaciones entre los Rujano y figuras políticas como Gómez, añaden un aspecto significativo a la historia de esta familia y su papel en el actual clima de conflictividad política en Venezuela.
La sombra del narcotráfico: Los Rujano y sus vínculos con el «Ñeñe» Hernández
Los Rujano, ya señalados por su influencia en el sector ganadero venezolano y sus conexiones políticas, se encuentran bajo la lupa por su relación con José Guillermo «Ñeñe» Hernández, un narcotraficante colombiano asesinado en Brasil en 2019.
Diversas fuentes, incluyendo fotografías y videos, revelan una estrecha relación entre los Rujano y el «Ñeñe» Hernández, así como con su esposa, la exreina de belleza María Mónica Urbina. Waldo Rujano fue fotografiado junto a Urbina durante un evento empresarial de Carnes Grin en Colombia en 2018. La empresa, especializada en la producción y comercialización de carne empacada, y controlada por testaferros de los Rujano, ha levantado sospechas sobre su posible uso como fachada para actividades de blanqueo.
La relación entre Vicente Rujano y Hernández también se evidencia a través de su amistad con Juan Felipe Pacheco Pérez, un ganadero colombiano que funge como criador de ganado para Rujano. Pacheco, cercano a ambos, ha expresado públicamente su tristeza y la de Rujano por la muerte de Hernández, a quien se refería como su «vecino», pues tanto Pacheco como Rujano poseen fincas en los alrededores de Bucaramanga, en Colombia, cerca de donde también se ubicaba una de las fincas del narcotraficante «Ñeñe» Hernández.
Video de fiesta de Juan Felipe Pacheco en 2016 junto a «Ñeñe» Hernández y el cantante de vallenato Iván Villazón
El clan Uribe y la «Ñeñepolítica»: Un escándalo que salpica a los Rujano
La conexión de los Rujano con el «Ñeñe» Hernández adquiere una dimensión aún más particular, al considerar los vínculos de este último con el Clan Uribe, liderado por el expresidente colombiano Álvaro Uribe. Hernández, reconocido uribista, fue señalado por financiar la campaña presidencial de Iván Duque en 2018, un escándalo conocido como la «Ñeñepolítica», que sacudió la política colombiana.
Duque, un estrecho aliado de Uribe, se vio envuelto en una controversia que puso en entredicho la legitimidad de su elección y generó serias dudas sobre la posible infiltración del narcotráfico en las altas esferas del poder colombiano.
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