En un aparente desafío a las turbulencias económicas recientes, la marca española Zara, junto a otras enseñas de la multinacional Inditex, anuncia su retorno a Venezuela. Este abril marcará el resurgimiento de estas franquicias en el país caribeño, una maniobra empresarial dirigida por Camilo Ibrahim y su grupo, quienes buscan reavivar el vínculo entre la moda europea y el mercado venezolano.
La historia de Zara en Venezuela se entrelaza con la figura de Camilo Ibrahim, el empresario que hace más de dos décadas inauguró la primera tienda en el Centro Comercial Sambil Chacao, en Caracas. Este establecimiento, convertido en un ícono para algunos caraqueños, cerró sus puertas en 2021, junto con otros locales de la cadena, debido a la compleja situación económica del país. Ahora, en un acto de reafirmación comercial, el mismo Sambil Chacao se prepara para reabrir sus puertas y acoger una vez más a la aclamada marca.
El Sambil es el mismo grupo comercial cuya seguridad en Venezuela ha estado a cargo de Pedro Luis Martín Olivares, exdirector de inteligencia y prófugo de la justicia estadounidense por delitos relacionados con el narcotráfico.
Controversias en torno a un empresario
El retorno de Zara no solo resuena en el ámbito de la moda, sino que también pone en el foco a su principal promotor, Camilo Ibrahim. Este empresario, de ascendencia libanesa, ha sido centro de varias polémicas en el ámbito empresarial. Su relación con la aerolínea Plus Ultra, rescatada por el Gobierno de España con 53 millones de euros, ha suscitado dudas. A pesar de negar vínculos con la compañía, documentos revelan que Ibrahim adquirió una significativa cantidad de acciones en 2017, contradiciendo sus declaraciones.
La cercanía de Ibrahim con figuras del chavismo, como la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el exministro de Petróleo Tareck El Aissami, así como su amistad y colaboración con miembros del consejo de administración de Plus Ultra, como Rodolfo Reyes Rojas y Raif El Arigie Harbie, intensifican las especulaciones sobre su influencia en el poder político y económico de Venezuela.
Un imperio en expansión
No obstante, sus actividades van más allá de la moda y la aviación. Ibrahim también ha emergido como una figura prominente en la industria cafetera venezolana, con la expansión de la marca Café Páramo. Esta empresa, cuyos dueños permanecen en las sombras, ha logrado posicionarse tanto a nivel nacional como internacional, ganándose el aprecio de los consumidores y extendiendo sus dominios hasta Canadá.
Camilo Ibrahim, a través de su firma Phoenix World Trade Inc., no solo gestiona el regreso de Zara, sino que también ejerce influencia en una diversidad de negocios, desde empresas petroleras hasta servicios en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía. Además, su representante legal en Caracas, Ahmed Hammoud, comparte sociedades con familiares de Ibrahim en empresas de seguridad con extensos contratos gubernamentales.
La presencia de Ibrahim se extiende a España con las empresas Alimentos Los Páramos y La Compañía de Boconó y Biscucuy SL, dedicadas a la comercialización de café. Junto a asociados también implicados en Plus Ultra, Ibrahim se embarca en la labor de promover el café venezolano en el exterior.
La ambiciosa expansión de Café Páramo contrasta con las adversidades del sector cafetero venezolano, que ha sufrido por la contracción económica, el declive de la producción y las políticas de expropiación. A pesar de esto, la empresa se ha mantenido en una fase de crecimiento constante y agresivo.
Una imagen bajo gestión
En el terreno digital, la imagen de Camilo Ibrahim está siendo cuidadosamente manejada por Rafael «Rafa» Núñez, un ingeniero informático y autodenominado «hacker ético», que se encarga de promover el regreso de Zara y mejorar la reputación del empresario y su grupo a través de un conjunto de sitios web.
La figura de Camilo Ibrahim continúa generando debate y controversia en el panorama venezolano y más allá. Su regreso al ruedo con la reapertura de Zara y la expansión de Café Páramo plantea interrogantes sobre el alcance de su influencia y los contactos que facilitan sus emprendimientos en un país marcado por la inestabilidad y la incertidumbre económica.
A pesar de las controversias y los entramados políticos y empresariales que parecen rodear a Camilo Ibrahim, su visión de negocios sigue adelante, con la inauguración de nuevas tiendas Zara prevista no solo en el renovado espacio de Sambil Chacao, sino también en el Centro Comercial Sambil La Candelaria. Además, está en consideración la apertura de una exclusiva tienda de calle en la zona de La Castellana, en Altamira.
La primera tienda de Zara en Venezuela se inauguró en el Centro Comercial Sambil Chacao, en Caracas, hace más de 20 años. Fue un éxito rotundo y se convirtió en un símbolo de la capital. La marca ofrecía ropa de moda a precios asequibles y se adaptaba rápidamente a las tendencias del mercado. Zara abrió otras sucursales en diferentes ciudades del país, como Maracaibo, Valencia y Barquisimeto.
Sin embargo, la situación económica y política de Venezuela se fue deteriorando y Zara empezó a enfrentar dificultades para mantener sus operaciones. La escasez de divisas, la hiperinflación, los controles de precios y la caída del consumo afectaron a la rentabilidad de la marca. En el año 2021, Zara cerró definitivamente sus tiendas en Venezuela, dejando un vacío en el sector textil.
Ahora, Zara ha decidido volver a apostar por el mercado venezolano, de la mano de Camilo Ibrahim, quien fue el responsable de introducir la marca en el país. Según anunció Alfredo Cohen, codirector de Constructora Sambil, la franquicia Zara regresará a los centros comerciales Sambil, empezando por el de Chacao, donde se está remodelando el espacio que ocupaba la tienda original.
Camilo Ibrahim: un empresario bajo la lupa
Camilo Ibrahim es un empresario venezolano de origen libanés, que ha estado involucrado en varios negocios y escándalos. Su caso más reciente es el de la aerolínea Plus Ultra, que opera vuelos entre España y Venezuela, y que fue beneficiada por un rescate financiero del Gobierno español, que generó una gran controversia y una investigación parlamentaria.
Ibrahim ha negado ser el dueño oculto de Plus Ultra, aunque reconoció haber comprado acciones de la compañía en 2017 por más de 3,7 millones de euros. Sin embargo, documentos oficiales muestran que Ibrahim sigue figurando como accionista de la aerolínea, junto con otros socios venezolanos, como Rodolfo Reyes, Raif El Arigie y Roberto Roselli, con quienes comparte también la dirección de empresas relacionadas con el café en España.
Ibrahim también ha admitido tener una relación de amistad y trabajo con estos socios, así como con el exministro de Petróleo venezolano, Tareck El Aissami, quien está sancionado por Estados Unidos por presuntos delitos de narcotráfico y lavado de dinero. Asimismo, se le ha vinculado con la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien supuestamente le habría facilitado negocios en Venezuela.
Entre esos negocios se encuentra el sector del café, donde Ibrahim ha impulsado la marca Café Páramo, que produce, empaca, comercializa y exporta café desde Venezuela, y que ha abierto tiendas al estilo de Starbucks o Juan Valdez en el país y en el extranjero. Café Páramo ha logrado sortear las dificultades que han afectado a la producción y el consumo de café en Venezuela, como la contracción económica, el desplome de la cosecha, los controles de precios y las expropiaciones de torrefactoras históricas.
Café Páramo, sin embargo, no revela quiénes son sus verdaderos dueños, y se esconde tras un velo de misterio tan espeso como un buen café. Ibrahim, además de Páramo, posee otras empresas como Phoenix World Trade Inc, con la que maneja la marca Zara y otras del grupo Inditex, y Pentech Ingenieros 05, con la que ha obtenido contratos con la estatal petrolera Pdvsa. En Caracas, el representante legal de Páramo, Ahmed Hammoud, es socio de los sobrinos de Ibrahim, Mohamed y Hassan, en PHX Security System, una empresa que ha vendido desde cámaras de seguridad hasta adornos navideños a entidades públicas como el Despacho de la Presidencia y la Embajada de Cuba.
Un regreso con interrogantes
El regreso de Zara a Venezuela, de la mano de Camilo Ibrahim, plantea varias interrogantes sobre el futuro de la marca y del empresario en el país. ¿Cómo logrará Zara competir en un mercado deprimido y con una fuerte competencia de otras marcas nacionales e internacionales? ¿Qué beneficios y riesgos tendrá para Zara asociarse nuevamente con Ibrahim, un empresario cuestionado y cercano al chavismo? ¿Qué intereses y motivaciones tiene Ibrahim para traer de vuelta a Zara a Venezuela, y qué otras inversiones tiene planeadas en el país?
Estas y otras preguntas quedan abiertas, mientras se espera la reapertura de las tiendas de Zara en Venezuela, prevista para el próximo mes de abril. Lo que es seguro es que el regreso de la marca no pasará desapercibido, y que Camilo Ibrahim seguirá siendo una figura polémica y controvertida en el mundo empresarial venezolano.